Durante ésta época, 1975, muere el dictador Franco y comienzan a darse cambios importantes en la política del país con la reforma “Transición” de Adolfo Suarez:.
Bares míticos de Bilbao – Carnavales de Bilbao en los años 70
Durante el año 1976 comenzaron las primeras manifestaciones Proamnistia. El 4 de enero de ese año tienen lugar sendas manifestaciones en Bilbao y San Sebastián. Estas manifestaciones siguieron sucediéndose durante todo el año. No recuerdo la fecha exacta pero una serie de gente nos encerramos en Huelga de Hambre en la Iglesia de San Antón. Este acto fue bastante sonado, sobre todo en la prensa internacional. Vino hasta la BBC de Londres a filmar el encierro. Fueron tres días intensos de preparación de comunicados, debates, y vinieron al tercer día los exiliados que habían regresado –no todos/as- a apoyarnos. Sólo bebíamos agua con azúcar. Durante el encierro conocí a la Maci, la dueña del bar Modesto de la calle Barrenkale y casualmente hablando necesitaba la ayuda de alguien para los fines de semana en el bar y me ofrecí a trabajar a cambio de que me enseñase a trabajar la hostelería. Después de acabar todas aquellas movilizaciones comencé a trabajar en su bar
Bares míticos de Bilbao – El Gaueko y el Muga
Continúo con un breve extracto de mi libro «Doctor Blues-Memorias autobiográficas». A la venta en AMAZON
“En la calle Barrenkale y alrededores como los bares de Barrenkale Barrena y adyacentes pero sobre todo en esta calle concreta de Barrenkale había algunas taskas antiguas con mucha personalidad; El Modesto que estaba regida por Pili la Maci (Maciza) luego estaba el Jonás donde los pintxos de tortilla de hace una semana te saludaban y todo, la tasca de Pepe con la barra inclinada hacia debajo y si pedías un Mosto se mosqueaba y te mandaba a tomar por el ano diciéndote «Los Enfermos que vayan a la calle» Si pedías clarete te mezclaba el tinto y el blanco. Ahora este bar es el Epelde antes era el Akatz que estaba regido por Manolo el del Lasai y família. También recordaremos el Antíguo Luciano hoy es el Txomin Barullo y el Sollube donde trabajaban la abuela, la madre y dos hijos unos de ellos llamado Pachito
Después abrieron el Kaskagorri con pintxos de tipo Gipuzkoano, el bar Vicente y el Gure Txoko ya existían de antes, y mas tarde el Kaixo donde ponían patatas, hamburguesas y demás cosas de comer pero de origen de carnicería local, ahí trabaje de extra los fines de semana durante unos 4 años estaba también el Javier y con el tiempo algunos fueron desapareciendo como el Jonás y transformándose en garitos de rock. En Barrenkale Barrena era típico el Saibigain y el Kirru donde hasta hace poco ponían unas patatas cocidas al ajillo que estaban espectaculares y el Iñakiren Taberna. Anterior a los locales nuevos en ese tiempo intermedio se abrió el primér Pub que se llamaba Kottis y era de ambiente Gay, pero entraba todo el mundo y hacían sesiones de copla y farándula, después el Kaskagorri se convirtió en Pub, abrieron el Katuzaharra que es un bar emblemático del rock de Barrenkale y con el tiempo se abrió la Chufa que era el bar de la Otxoa un artista de la farándula bilbaína que se hizo famoso con el Libérate en las fiestas de Bilbao y desde entonces es el himno de los Gays.
Bares míticos de Bilbao – Gotzon a la entrada del Gaueko – Foto actual
El Gaueko ya estaba abierto sobre el 75 aproximadamente y seguido a este todos los demás pubs de todo el Casco Viejo. Todo era rockandrol excepto la Chufa que era de ambiente Gay y pequeñoburgués. Después de irse mi amigo de correrías Kike Turmix a Madrid en el 78 comencé a trabajar en el Pub Gaueko de Bilbao que fue como Rockola de Madrid, un templo del Rock y centro de toda la movida bilbaína.
El Gaueko había sido al principio un almacén de frutas y tenía varios pisos aunque se habilitó sólo la primera planta para poner el bar, Detrás de los Wáteres estaba un ascensor montacargas tapado por la pared y arriba estaban las cámaras donde antiguamente se guardaba la fruta. Toda la calle había estado lleno de almacenes de éste tipo que luego se fueron a Mercabilbao. Recuerdo de joven venir a trabajar a descargar cajas para ganar unas pesetas durante los fines de semana. Podías ganar entre quinientas y mil pesetas de las de entonces y te llegaba para el resto de la semana para gastar en lo que quisieras. Después fue la sede de la comparsa Pinpilinpauxa y más tarde sería el Gaueko.
Lo formaron entre cinco socios Alberto Elordui, que fue redactor del periódico comunista del PC Mundo Obrero, José Mari Garmendia que fue condenado en el proceso de Burgos a muerte y al final no le ejecutaron, Joseba Cardenal que de nuevo entro en prisión como miembro de E.T.A. por el asunto de la central nuclear de Lemoniz, luego no se sabe por que se hizo Testigo de Jehova, Josu Etxebarria que fue de Euskadiko Eskerra y José Ignacio Aparicio alias Kaskagorri.
Interior del Gaueko, un referente entre los bares míticos de Bilbao en los años 70-80
Al comienzo del bar sólo era una cueva con paredes blancas que sudaban y lleno de humo, había algunos adornos puestos en plan Hippie y unas luces fluorescentes de colores. Teníamos en la barra de adorno una bañera metálica con una maniquí desnuda dentro totalmente surrealista. En el lado derecho sobre la superficie de arriba estaba la pista de baile y la cabina del Discjockey. Se pinchaba música de todos los estilos; New Wave, Punk, Rock, Heavy incluso salsa y bailongo discotequero sobre todo en la segunda fase del bar cuando estaba de pinchadiscos Felipe.
El mejor iscjockey que hubo sin duda fue el Titi que era un fenómeno de la música. Arriba del Gaueko estaba el Txokolanda que era un local de EHGAM – Euskal Herriko Gay Mugimendua y hoy es un Gaztetxe de gente alternativa, los fines de semana se hacían fiesta y bailongo. El núcleo de la movida del Casco era sobre todo el Gaueko, después el Muga antíguo Mikeldi que ya era mítico y famosos sus fines de semana cuando la polícia nacional franquista hacia redadas y sacaban a todos/as los/as clientes/as a la calle a identificarse contra la pared. Durante la gestión de Juan Carlos el binómio Muga-Gaueko era inpescindibles los fines de semana en la zona y entre semana también, después el Café Teatro de la Villa y en el 84 el Pub Lasai todos en la calle Ronda y el Giorgia de la calle Somera -hoy es el K2-donde trabaje dos años hasta la llegada de las inundaciones de Bilbao 1983. En éste núcleo se movía mucha gente de todo tipo.
El Muga, otro de los bares míticos de Bilbao que, a día de hoy, tras la jubilación de su último propietario, está sufriendo profundas reformas
En esa época había buen ambiente y buen rollo entre la gente. Nos conocíamos todos/as de la calle y de muchas batallas de la época de franco en las peleas contra los Grises y prácticamente bajar al Casco Viejo era casi como estar en Familia y trabajando en la Hostelería aún más por que muchos/as eran tu clientela.
Eso también te daba ventaja de comunicarte con diferentes grupos de gente y también en el ámbito del ligue te era más fácil como ocurre siempre entre los camareros/as»
La metamorfosis. El ocaso de aquellos bares míticos de Bilbao
Sigo con otro extracto, ahora del libro: «Crónicas Antiurbanas de un Anarquista Cósmico» de Gotzon Monasterio. A la venta en AMAZON
«Después de las inundaciones el Casco Viejo cambio bastante en su esencia, algunos comercios y bares no pudieron abrir por falta de presupuesto como paso en el Pub Giorgia de Somera El ambiente también se enrareció bastante y sobre todo con la llegada de las hordas del botellón que invadieron Barrenkale y alrededores. También influyeron mucho que los fines de semana siempre había alguna manifestación por algún motivo diferente y se liaban batallas gordas, esta vez con la nueva policía vasca o Hertzantza. Mucha gente habitual del Casco Viejo ya no bajaba los fines de semana; algunos por que abandonaron la vida bohemia y otros por que ya se iban haciendo mayores. Ya no existían cuadrillas de Txikiteros –ahora quedan algunos restos de gente mayor y otros que han creado moda de cantar de nuevo en tabernas- como antaño, la gente se apalancaba en las Terrazas al igual que ahora y se marchaban a una hora prudencial los que no se quedaban hasta la noche. El mundo de las copas y bares nocturnos también cambio y ha cambiado; principalmente por que las copas en los bares normales son más baratas que en los pubs. Mucho pijo y pija comenzaron a asomar sus narices por allí, ajenos a la forma de ser de la gente “Auténtica” del Casco Viejo y su vida bohemia. Algunos discobares contribuyeron a ello también con un publico macarra y pastillero que se apalancaban toda la noche dentro o fuera de la discoteca y molestando muchas veces al vecindario con los excesivos volúmenes de una música intragable maquinera y de chuntachunta, mas el jaleo en la calle de niñatos puestos hasta el culo de drogas sintéticas que se pegaban en la calle. Durante la “Época Bohemia” – antes de la muerte de Franco e inundaciones-, hubo muchos personajes Txirenes antes del 74 como el difunto Madriles, aquél vagabundo de la carretilla con cartones del que se contaba que era un excéntrico millonario o que en la época de la república fue diputado en Madrid, se contaban muchas historias extrañas, murió ahogado en las inundaciones, dormía en la Taberna de Txomin Barullo y no pudo escapar de aquella trampa también gente como el Gus el grandullón, Eusebio Lakaba, Un Sereno que nunca supe su nombre y guardaba las calles con una porra enorme Kike Turmix que murió en Madrid pero fue todo un personaje en Bilbao. El mismo Hormaetxe, viejo marinero apegado a los típicos vicios de la vida golfa, con él trabaje un año en el bar y cuando llegaron las primeras Fiestas de Bilbao-Astenagusia, nos quedamos sin material en un día, tuvimos que cerrar el bar durante el resto de la semana el cojonazos de él había hecho una previsión ridícula de lo que íbamos a necesitar de acopio para el bar, Había también un elemento que era de Dima-Bizkaia llamado Turulo que era lo más parecido a un Cromagnon escapado de las cuevas de Baltzola-Dima, bruto y aun sin pulir, uno al que le llamaban DURRUTI (Alberto) que vino del exilio y contaba de que estuvo en las filas con el mismo Durruti, éste y yo vendíamos material anarquista en un puestecito que improvisábamos en el Arenal, con banderas anarquistas, éramos del sindicato de la CNT y nos ocupábamos de todo lo relacionado con la propaganda y prensa, Txema el del Zulo un clásico personaje de la noche, Maitetxu la mayor, Juanín el artista, Maite que fue militante de ETA, Txiflis que los fines de semana terminaba vistiendo la ropa de su hermana y salía a potear de esa guisa. Papabilly que hasta los 70 siempre vestía de Kaiku y Txapela y luego iba siempre de rockero, Mikeltxo el de Bilbo Hiria, gente muy entrañable y mucha más que hay para nombrar y recordar, la lista sería interminable.
Calle Barrenkale, donde se concentraban muchos de los bares míticos de Bilbao. Foto actual
Hoy apenas quedamos unos cuantos de aquella generación de los que trabajamos en el Casco Viejo de hosteleros, aquella gente que hacíamos barrikadas en la calle contra Franco, que bebíamos juntos y que durante años pasamos muchas horas en el Casco Viejo. Unos muertos por enfermedades graves, otros/as por edad, otros/as por que se fueron a vivir a otros lugares. Yo deje la hostelería en 1990 y me dediqué a lo mío que fue tocar en mis bandas distintas de música de rock y blues. Durante mi época de tabernero fui un militante anarquista formando parte de la revista libertaria ASKATASUNA, pero esa es otra historia»
A pesar de lo que se diga, el Casco Viejo de hoy es una calcamonía, más bien tirando a cutre, de lo que fue antes del 75. Han desaparecido muchos comercios de toda la vida y sustituidos por tiendas de chinos, Tiendas de franquicias que venden barato y pagan malos sueldos a sus empleados/as y condiciones de trabajo precarios. Hay bares que van de modernos y de pinchos de diseño, pero no tienen la calidez y el encanto de las tabernas de siempre que están abocadas a cerrarse. Apenas conoces a los dueños de los negocios, cuando antes casi siempre podías hablar y cotillear de cosas del barrio y de otras más trascendentes y filosóficas de la vida, como con Antxón el del bar Javier y Juan que trabajaba en el Txomin Barullo, Fernando el del Bar Morga en la calle Somera, etc…
Hoy en día sólo veo “Cosificación» del Casco Viejo como objeto sólo de negocio y no un espacio para vivir. Últimamente creo que hay un movimiento contra la “Gentrificación” del barrio, que lo quieren vaciar de vecinos para convertir todas las casas antiguas en pisos de turismo, echando a la calle de una manera solapada a sus habitantes.
La mayoría de los “barman” que hay ahora y que mayoritariamente es gente joven son, como se decía antes, unos sinsorgos/as, sosos/as, bordes y antipáticos/as. Muchos son de escuela de hostelería, pero creo que lo de las relaciones públicas y la amabilidad, así como la elegancia al servir, se ha debido de perder por la prisa y porque ahora la hostelería no es otra cosa que negocio puro y duro. Muchas empresas han abierto bares en el casco viejo sin ser ellos mismos hosteleros, salvo algunas excepciones. Para mí que sólo se trata de inversionistas que tratan de dar rentabilidad a su dinero. Y no quiero malpensando creer que no haya algo más raro detrás. No, realmente éste no es mi barrio donde yo pasé casi mi adolescencia, juventud y ahora mi camino a la madurez. Ya no me identifico con el Casco Viejo, esto no es Bilbao, es otra cosa.
2 respuesta a “Aventuras de un músico ex-tabernero por los bares míticos de Bilbao”
LAS SIETE CALLES Y LAS SIETE PLAGAS DE UN BARRIO
De un lugar histórico hecho para vivir, comerciar con honradez y divertirse en un espacio libre. Con leyes Azkunienses lo están convirtiendo en un miserable lugar lleno de libertades coartadas (Ley de utilización de espacio publico de Azkuna: Te multan si te besas con tu amada/o en público y si eres artista callejero te obligan a cambiar de lugar cada media hora, etc) «Especulación» inmobiliaria con una gentrificación disimulada, imponiendo una industria turística a lo bestia carente de personalidad y alma Botxera y una utilización mercantilista pura, dura y exclusiva de éste Botxo auténtico corazón de Bilbao. Si no ponemos remedio el espíritu bohemio y Txirene auténtico que se conserva a duras penas –como las especies animales que desaparecen- desaparecerá y Bilbao ya no será lo mismo, si muere su alma morirá su ciudad y se convertirá en una estampa bonita para enseñar a los extranjeros y otra ciudad mediocre mas sin nada que ofrecer aparte del Guggenheim y bares que ofrecen unos pinchos hechos en una nave industrial o montados a través de productos industrializados diversificados repartidos en furgonetas. Esos auténticos pintxos elaborados con amor y artesanía en la propia taska (Como se hacen en el Txakurtto, Saibigaín, Taberna Basaras, Bar Baste, Café Bilbao, y algunos mas) serán sustituidos por otros que ya vienen precocinados y preparados en serie con empresas de aquí dedicados al catering. Esto en marketing se llama pérdida de calidad y contenido de la autenticidad de un lugar (Imaginaros que vamos a comer alubias a la Arboleda y las alubias son del Perú, los Txorizos de Burgos y la morcilla hecha en Zamora y que te lo vendad como producto del mismo caserío)¿Qué haces? Lógicamente no vuelves más a ese lugar.
A la larga hará bajar el turismo si no ofrecemos algo propio y real, no nos engañemos por que los costes salen más baratos consumiendo éstos productos precocinados a los distribuidores modernos. Mientras los bares y restaurantes que trabajan con éstos productos te meten clavadas a la hora de pagar (Hay Taskas que van de excelencia en la Plaza Nueva que sólo ofrecen pintxos rellenos de mahonesa y que te las cobran a millón y son de un tamaño de bocadito o canapé) Donde este un buen chorizo de marca y calidad artesanal no se le puede suplir por uno industrializado. Ni donde este una tortilla de patatas hecha con productos de Km0 no se pueden comparar y claro también viene lo otro. Los sueldos de los empleados con trabajos precarios para ahorrar más costes, a la larga traen un mal servicio y un alejamiento de clientela. Si caminamos así no tardara el Casco Viejo en decaer. Vaticino unos 10 años para ello. Si no cuidamos lo auténtico, lo genuino –La verdadera identidad- que es la riqueza de los pueblos perderemos nuestro rumbo y caminaremos directamente al limbo, como dice una canción bilbaína donde «los borrachos juegan al Mus, apaga la luz Mariluz»
LAS SIETE CALLES Y LAS SIETE PLAGAS DE UN BARRIO
De un lugar histórico hecho para vivir, comerciar con honradez y divertirse en un espacio libre. Con leyes Azkunienses lo están convirtiendo en un miserable lugar lleno de libertades coartadas (Ley de utilización de espacio publico de Azkuna: Te multan si te besas con tu amada/o en público y si eres artista callejero te obligan a cambiar de lugar cada media hora, etc) «Especulación» inmobiliaria con una gentrificación disimulada, imponiendo una industria turística a lo bestia carente de personalidad y alma Botxera y una utilización mercantilista pura, dura y exclusiva de éste Botxo auténtico corazón de Bilbao. Si no ponemos remedio el espíritu bohemio y Txirene auténtico que se conserva a duras penas –como las especies animales que desaparecen- desaparecerá y Bilbao ya no será lo mismo, si muere su alma morirá su ciudad y se convertirá en una estampa bonita para enseñar a los extranjeros y otra ciudad mediocre mas sin nada que ofrecer aparte del Guggenheim y bares que ofrecen unos pinchos hechos en una nave industrial o montados a través de productos industrializados diversificados repartidos en furgonetas. Esos auténticos pintxos elaborados con amor y artesanía en la propia taska (Como se hacen en el Txakurtto, Saibigaín, Taberna Basaras, Bar Baste, Café Bilbao, y algunos mas) serán sustituidos por otros que ya vienen precocinados y preparados en serie con empresas de aquí dedicados al catering. Esto en marketing se llama pérdida de calidad y contenido de la autenticidad de un lugar (Imaginaros que vamos a comer alubias a la Arboleda y las alubias son del Perú, los Txorizos de Burgos y la morcilla hecha en Zamora y que te lo vendad como producto del mismo caserío)¿Qué haces? Lógicamente no vuelves más a ese lugar.
A la larga hará bajar el turismo si no ofrecemos algo propio y real, no nos engañemos por que los costes salen más baratos consumiendo éstos productos precocinados a los distribuidores modernos. Mientras los bares y restaurantes que trabajan con éstos productos te meten clavadas a la hora de pagar (Hay Taskas que van de excelencia en la Plaza Nueva que sólo ofrecen pintxos rellenos de mahonesa y que te las cobran a millón y son de un tamaño de bocadito o canapé) Donde este un buen chorizo de marca y calidad artesanal no se le puede suplir por uno industrializado. Ni donde este una tortilla de patatas hecha con productos de Km0 no se pueden comparar y claro también viene lo otro. Los sueldos de los empleados con trabajos precarios para ahorrar más costes, a la larga traen un mal servicio y un alejamiento de clientela. Si caminamos así no tardara el Casco Viejo en decaer. Vaticino unos 10 años para ello. Si no cuidamos lo auténtico, lo genuino –La verdadera identidad- que es la riqueza de los pueblos perderemos nuestro rumbo y caminaremos directamente al limbo, como dice una canción bilbaína donde «los borrachos juegan al Mus, apaga la luz Mariluz»