Aventuras de un músico ex-tabernero en el Casco Viejo de Bilbao
Recuerdos de niñez en el Casco Viejo de Bilbao
Muelle Marzana y Mercado de La Ribera / Casco Viejo de Bilbao
El Mercado de la Ribera
Ya de niño, con unos 8 años, acompañaba a mi madre al Casco Viejo de Bilbao, cuando no tenía escuela ese día. Ya era para compras en el Mercado de la Ribera, donde mi madre se abastecía de verduras, siempre discutiendo el precio con las aldeanas que bajaban de los baserris de los pueblos de alrededor con sus productos. Y también de otros productos como carne o pescado; y también aceite a granel que, a través de una máquina de bombear, te rellenaban las botellas de vidrio que llevabas expreso para ello –el plástico no existía- Y, además, todas las mujeres llevaban un bolso grande donde iban las compras, y tenias que andar ojo avizor por si algún/a raterillo/a te metía mano dentro. Recuerdo que delante de la entrada principal del Mercado, enfrente en los Arcos, había un puesto de una señora que vendía dulces hechos artesanalmente, tipo tostadas, a las que mi madre llamaba Brevas. Había algo más también que vendía, pero no recuerdo que tipo de pastel era lo otro También íbamos, sobre todo los fines de semana, a los comercios de Tendería, calle Correo y otros, bien fuese por ropa para nosotros, complementos y materiales de costura que comprábamos en las mercerías.
El Mercado de la Ribera, en realidad, sólo ha cambiado en su forma decorativa después de la reforma hecha hace unos años. Hay menos puestos de venta, pero se ha habilitado una zona de pequeñas barras hosteleras, donde cada uno exhibe sus productos especializados de diferentes pintxos, que se pueden degustar allí mismo y sentados en una mesa. Hacia la ria se ha habilitado una terraza donde los veranos paso algunas tardes contemplando el paso del agua y mirando los viejos edificios de Bilbao la Vieja y el puente de San Antón a un costado y los demás al frente, evocando un “Paisaje” romántico e intemporal que te abstrae a una melancolía dulce de bienestar bastante bucólica, mientras tomo alguna delicia de los hosteleros de dentro, que son muchos/as.
Los clubs de montaña
Otro de los recuerdos que vienen a mi mente son de alrededor de los 12 años, cuando bajaba con mi hermano a un club de montaña que su sede estaba ubicada en los locales “eclesiásticos” de la iglesia de los Santos Juanes. El club se llamaba ATERPE ALAI y allí se reunían jóvenes montañeros de ideología nacionalista, creo que pertenecientes a EGI del PNV. Recuerdo cómo con una máquina a la que se le llamaba Vietnamita elaboraban propaganda antifascista para luego esparcirla por la zona. Más tarde, mi hermano cambio de grupo montañero y se pasó al grupo OIÑASTARRI, que era de los primeros frentes culturales de ETA, donde se daban clases de euskera clandestinos, se enseñaban danzas vascas y a tocar instrumentos musicales vascos como el Txistu, Alboka, Pandero, etc… Pero este grupo estaba en la antigua iglesia de Aneja, arriba del ayuntamiento, en Uribarri. La iglesia vasca estaba bastante implicada con los movimientos políticos y sociales de aquél tiempo. Hubo incluso Sacerdotes que fueron a prisión por esa causa y muchos conflictos con los obispos vascos y el régimen franquista.
San Antón
Otros momentos de bajar al Casco Viejo de Bilbao era cuando llegaba mi padre de la Mar, cada 10 o 15 días. Dependía de las mareas que había hecho con el barco e íbamos a la misa de San Antón a escuchar al párroco Don Claudio Gallastegui, un cura que daba mucha guerra, pues era contrario al régimen franquista y la gente mas que por adorar a Dios era por que le adoraban a él como un líder “Mesiánico”. Casi como al Ayatolá Jomeini en Irán. Después íbamos por las calles a tomar algún refresco la familia entera. Casi siempre al bar BASTE, a comer Rabas.
D. Claudio Gallastegui, párroco de la Iglesia de San Antón en el Casco Viejo de Bilbao
Hablando de la Iglesia de San Antón también recuerdo sobre el año 68, creo que era Junio, el funeral de Txabi Etxebarrieta, un funeral multitudinario donde acudieron un montón de gentes, calculo que habría alrededor de 3000 personas y allí estaban los grises (Policia Nacional Franquista) Había un montón de Land Rover aparcados sobre las aceras, unas furgonetas pequeñas y varios coches blancos conocidos como lecheras. .
Yo ni siquiera pude entrar a la iglesia, no sé ni quién oficio aquel funeral, aunque supongo que seria D. Claudio. Lo que más recuerdo eran las hostias que nos dieron los grises; nos cercaron y no podíamos casi salir de su trampa; había gente que se tiraba a la ria para salvarse de ser atropellados por la masa en los bordes del puente y tras la iglesia, otros que tiraban pistolas a la ria. Yo no sé como conseguí salir de aquella trampa. Creo que tenía unos 14 años y la altura y el estar delgadito influyó algo para escapar por patas; y además con el miedo metido en el cuerpo. Sé que corría como una liebre hacia el camino que conocía para subir a San Francisco por el próximo puente a San Antón.
En el barrio de San Francisco
Y así iban pasando los tristes y aburridos días monótonos; colegio, jugar en la calle, en el barrio San Francisco, donde aún quedaba algo de monte (íbamos mucho a la zona de San Adrián a explorar cuevas que eran las entradas de las minas. Aún alguna mina funcionaba y el trenecillo que bajaba el mineral hasta los muelles de Bilbao la Vieja, también), ir a la Catequesis, que era obligatorio antes de la comunión, subir al monte los domingos o ir con los padres a misa, hasta que llegué a los 12 años y me hice Ateo (Eso habiendo sido monaguillo con 6 y 7 años en la Quinta Parroquia) y pasé de entrar en la Iglesia.
La Palanca – c/Las Cortes- Barrio de San Francisco
Íbamos creciendo en una vida burguesa un poco a lo bruto y asilvestrados; Guerras a tiragomazos y pedradas entre barrios. A veces hasta peleas mano a mano. Comenzábamos a tener contacto con las niñas en la calle y sus picardías consiguientes, visto con malos ojos por los padres correspondientes (Algunos ya incluso planeaban parejas para sus hijos/as para un futuro, pero eran los menos) Caminábamos a la adolescencia y los que éramos mas trastos nos acercábamos a la calle Las Cortes a mirar a las prostitutas (Teníamos amigos allí, hijos de aquellas mujeres, que iban al mismo colegio).
También en lo político nos reuníamos -algunos interesados- en la Iglesia de San Rafael, al principio para charlar de política. Y de allí salio un pequeño grupo de activistas “anarquistas” en el que yo me incluía (No estábamos muy bien informados sobre el tema e íbamos un poco a nuestra bola; Haciendo panfletos sobre la libertad y alguna pancarta). Duró poco porque la gente lo empezó a dejar por miedo o por falta de interés, pero para nosotros aquella aventura era una cosa romántica y no teníamos conciencia de la peligrosidad que corríamos. Podíamos ir a prisión, como pasó con mi hermano. Hubo también un estado de excepción entre 1967 y 1971 que me detuvieron los grises por la calle y estuve varias horas en la comisaría de Indautxu, junto a más gente. Estaba cagado de miedo pues mi hermano se había exiliado hace poco. Hubo mucho movimiento político en las calles, fabricas y acciones de ETA.
La adolescencia en el Casco Viejo de Bilbao
La Plaza Unamuno
Durante éste período de la adolescencia, algunos domingos, al atardecer, bajaba por el Casco a pasear después de subir al Pagasarri, o a alguno de los montes de alrededor, como Ganekogorta, y recuerdo muchas veces que a eso de las 8 de la tarde se iban concentrando los Mendigoizales, o montañeros, ataviados con Kaiku, Txapela, Albarkas y Pantalón Mahón (El Kaiku se llevó casi hasta los años 70 como prenda de vestir, luego se cambiaron por chaquetas militares), en la estación de trenes que venían de la zona de Derio, Zamudio, etc….en la plaza Hermanos Etxebarrieta, también conocida como Plaza de Unamuno. Hoy el edificio es el Museo Etnológico. Siempre salían Txistularis a tocar y cuando la cosa estaba de lo más caldeada y enfervorizada políticamente, aparecían los Grises y salíamos todo el mundo corriendo y recibiendo porrazos.
El club de Montaña de La Catedral
La diversión de los fines de semana era casi siempre salir al monte o a algún pueblo rural. También los cines parroquiales para la gente de nuestra edad (Muchos grupos iban a hacer demostraciones de baile euskaldun y esparcir la cultura vasca por los pueblos para que no se olvidase)
Y llegaron los 15 años. Conocí a uno que era de un club de “Montaña”. Bueno, eso de montañeros era un decir –creo que al monte fuimos cuatro veces- porque aquello era una cuadrilla de moñas cristianoides que se reunían en un local. Más parecía una agencia matrimonial en miniatura que otra cosa. Me eché una novia de 18 años que duro un año, justo el tiempo que dure yo allí. Aquello pertenecía a la Catedral de Santiago y estaba ubicado en la calle Lotería, en una primera planta, que tenía dos entradas y eran dos pisos enormes unidos.
Dentro de aquel espacio era como encontrarse en un museo extraño, había armarios antiguos llenos de libros eclesiásticos, estatuas religiosas y también diversos habitáculos, unos cerrados con llave y otros abiertos para diversos usos de la parroquia. Nosotros teníamos un cuarto pequeño donde nos juntábamos casi siempre a escuchar música en un tocadiscos, tocar la guitarra, charlar y otras actividades como planificar alguna actividad para el fin de semana. En otra sala grande se hacían actividades culturales relacionadas con el euskera. Desde charlas, conferencias y algún concierto de cantautor. Allí conocí una tarde a Natxo de Felipe que fue el líder del grupo OSKORRI.
La vida sigue igual
Fuera, en la calle, la vida seguía siendo monótona y gris. Vida aburrida, burguesa, bastante provinciana y llena de represiones. Lo mismo políticas como todo lo relacionado con actos de libertad, como el sexo o el arte. No te podías salir de las normas convencionales del vestir; llevar pelo largo era de “Maricas” y te podían detener. La información de la prensa y el resto de los medios de comunicación era totalmente del régimen y la censura trabajaba a tope. Parecía que vivías una película donde se repetía todo cada día. Aquello parecía el día de la Marmota. Sólo cambiaba lo externo, la industrialización hizo mella en la clase obrera y todos creían que eran ricos; Tenían coche, casa para vivir y casa de veraneo, mientras lo principal que era la libertad y la moral seguían siendo una auténtica basura.
El Rock&Roll
La Bodeguilla de Joserra – Cantón de Artekale – Casco Viejo de Bilbao
Los de este club parroquial, de vez en cuando, tomábamos algo por el Casco Viejo, sobre todo, la mayoría de las veces, íbamos a la taberna bodeguilla de Joserra, que aun existe y esta ubicada entre dos farmacias que hacen cantón justo detrás de la catedral. Allí comíamos unos bocadillos de bonito o de anchoa y bebíamos de un botellón exclusivamente preparado con un chorro para beber al estilo de una Bota de Vino. Así íbamos llevando la adolescencia y también tomando conciencia política de izquierdas muchos de los jóvenes. Leíamos a Freud, Marx, literatura rusa y a Pío Baroja. Los que más, muchas veces íbamos a ver conciertos de «Ez dok amairu» y a conferencias sobre temas vascos que había en algunas librerías y un ateneo que existía en Abando. También frecuentábamos ambientes Hippies de Bilbao y comenzaron a surgir bares de Rock&Roll, donde íbamos a escuchar música y a beber vino clandestinamente los menores de edad.
“Después de pasar por éste club que creo que incluso no tenia nombre comencé mi Carrera como músico en una banda llamada LOS ONICES durante dos años tocábamos por las discotecas de Bilbao y toda Bizkaia, comenzamos ensayando en el antiguo colegio de Corazón de María que estaba en la plaza que da nombre al mismo colegio y desde allí nos fuimos expandiendo hasta alcanzar cierta fama como banda. Actuábamos bastante, casi podíamos vivir de ello.
Mientras tanto visitaba un club que estaba arriba de las dependencias parroquiales de la iglesia de San Nicolás y prácticamente hacíamos lo mismo que en el anterior sitio, estar en el bar, cantar, tocar la guitarra, hacer guateques y alguna que otra vez escuchar a algún conferenciante que venía a dar alguna charla interesante. Muchas veces salíamos por la Plaza Nueva al café Bilbao y alguno más.
La Plaza Nueva antes de su remodelación – Casco Viejo de Bilbao
La plaza no era igual que ahora, Había palmeras y en el centro existía un quiosco que desapareció cuando debajo comenzaron a hacer las obras del aparcamiento. No existía la aglomeración de bares que hay ahora ni existían las terrazas, en realidad era más triste y desangelada y apenas había vida en ella excepto los niños a las mañanas que pertenecían al colegio de los Maristas que luego se traslado a la calle Iturribide y los fines de semana los niños que estaban con sus padres y abuelos. De vez en cuando se veían cuadrillas de estudiantes y obreros/as poteando por los bares.
También Iturribide comenzó a tener más ambiente también llamada La Senda de los Elefantes por que siempre terminabas con trompa. Los bares tenían un disc-box de esos que hechas una moneda y sonaba un disco y allí nos juntábamos todo el mundo del rock and roll, íbamos a comer tigres los sábados y domingos a las mañanas al bar los Molinos y a comer unos pinchos morunos en una taska que estaba al principio de la calle que ya no existe y a la tarde a potear por el barrio y ligar si se podía.
Íbamos también al bar las Campanas que ahora se llama Ikatz o al Naikari un bar de buenos pintxos donde íbamos los euskaldunes (Vascohablantes) Ahí conocí a Fitxi que años más tarde vendía Quisquillas y Caracolillos en Barrenkale al lado del bar Ander y cuando hacíamos gaupasa (Quedarnos de juerga toda la noche) comprábamos pan en una fábrica panadería que estaba junto al comienzo de la calle Fica para desayunar.
Iturribide sigue siendo aun una calle rockera con muchos bares Heavyes y algunas Taskas, unos años después comenzamos a ir por Barrenkale y las calles de su entorno que al principio estaba lleno de Txikiteros que cantaban bilbainadas en las tabernas y nosotros también cantábamos pero canciones vascas de Benito Lertxundi, Mikel Laboa, Imanol y revolucionarias de las de entonces
Bar Ormaetxe – Casco Viejo de Bilbao
y de antaño de la Guerra Civil, aquellas canciones de guerra de Telesforo Monzón. El bar Hormaetxe tenia también un aparato de Disc-box y estaba todo el día sonando música de todo tipo desde rock con Deep Purple o Pop de moda Los Brincos, Mody Blues a la música de Benito Lertxundi, Mikel Laboa y Oskorri con su Aita Semea kalean dago. Terminé de ésta canción hasta el cogote de tanto que la ponían.
El ambiente fue cambiando en esas calles, habia mucho estudiante universitario y las cuadrillas cada una eran gente de un partido político. Había d todo; Maoistas, abertzales, Troskistas, nacionalistas del PNV, Anarquistas, Hippies, friáis, macarrillas, gente que no sabias de qué vivian, artistas, cineastas, actores, actrices y fente de la farándula en general, vida Bohemia a patadas. Recuerdo que cuando se cerraban las tascas a las noches nos reuníamos un montón de gente por la calle Barrenkale. Íbamos a la plazuelita que esta junto a la calle Torre y edificio de La Bolsa y allí la gente traía guitarras, instrumentos de percusión para desgracia de los vecinos que a veces nos tiraban agua desde los balcones
El agua era para que nos fuéramos de allí y les dejásemos dormir. Nos poníamos a tocar y cantar mientras bebíamos vino u otro tipo de bebidas y algunos/as fumaban porros. Mas tarde vino la Heroína (Caballo) y hubo estragos entre la gente. Las drogas ya existían en los años 70 pero eran poca gente la que tenía acceso a ella casi era gente de barrios marginales como Las Cortes el barrio de Prostitutas (La Palanca) y algunos lugares del arrabal de Bilbao. Fue mas tarde cuando surgió la moda de fumar Hachis, que era casi un ritual y un nexo de comunicación casi mística o era la importancia que se le daba.
La mayoría la distribuían pequeños camellos o amigos que lo traían de Marruecos, aun no existían mafias como ahora y el Hachis era más puro y también había aceite de Hachis que inyectabas con una aguja al cigarro y este se empapaba de ello o la grifa que se fumaba en pipa igual que el Hachis. Había un local llamado La Lonja que ahora es el Café Lamiak en la calle Pelota, donde incluso había colchones y allí la gente se tumbaba y escuchaba buena música, bebía cervezas y se fumaban porros, era de un Anarco del barrio de Rekalde.
Otros compraban drogas químicas Bustaid, Dixidrina y otras anfetaminas. Las farmacias las vendían sin recetas y se ponían cardíacos con esta Anfetamina que además el Bustaid se anunciaba en la tele como adelgazante. Y vinieron los Tripis de LSD y hubo gente que se quedo colgada para el resto de sus vidas.
El Speed y la Cocaína también aparecieron. Era una época de cambios y «Revoluciones» mucho movimiento social y político venía la Apertura, Franco murió después, Venían nuevos tiempos y la gente estaba con ansias de libertad y la gente joven sobre todo quería su propio espacio y su propia vida.
En estos años había mucha movida de estudiantes y vida nocturna, muchas veces me quedaba en casas de chicas estudiantes a dormir y no aparecía en días por mi casa. No eran como los estudiantes de ahora tenían otro espíritu más revolucionario y contestatario..
Las Universidades actuales ahora parecen tumbas y ya no hay movida estudiantil en Bilbao tan contestataria pero si he visto en otros sitios como Madrid, Valladolid, Salamanca y Barcelona. Observo que hoy día en Bilbao parece que resurge el movimiento cultural alternativo en todos los campos fuera de la universidad; Música, Arte, Moda, y demás disciplinas.
Existen sitios como ZAWbilbao, La Hacerla, el Espacio Phillipe Pascal, Espacio Abisal, la desaparecida SAREA Txakurberdea y otros grupos de gentes que organizan cosas interesantes. Sobre todo por el barrio de San Francisco, pero todo ello choca con la cultura oficial del Palacio Euskalduna, el Teatro Arriaga o el Guggenheim que parece que …no se enteran.
También el Gaztetxe de Kukutza fue un lugar muy interesante pero desgraciadamente se malogró por culpa de la «autoridad» de un alcalde que se ha erigido como un caudillo populista que ha convertido a Bilbao en una ciudad de postal con poco contenido y que es amigo de los especuladores de Terrenos.
En los 70 hubo muchas aperturas de Gaztetxes y se ocupaban edificios por los jóvenes para hacer actividades culturales y organizar conciertos. Uno de ellos fue el de la calle Banco España del Casco Viejo que años más tarde fue cerrada después de mucha batalla. Este Gaztetxe tuvo mucha importancia en el desarrollo y difusión del Rock Radikal Vasco (R.R.V.) pues fue pionera en Bilbao.”
Se me olvido nombrar la descripción de un puesto que existia en el mercado al que yo llamaba «El Matarife» donde podias comprar alimentos «frescos» carnívoros como; Pollos, Conejos, Faisanes, etc. Que los mataban allí mismo, los desplumaban y despellejaban y asi de esa guisa te los llevabs a casa recien muertos.
Se me olvido nombrar la descripción de un puesto que existia en el mercado al que yo llamaba «El Matarife» donde podias comprar alimentos «frescos» carnívoros como; Pollos, Conejos, Faisanes, etc. Que los mataban allí mismo, los desplumaban y despellejaban y asi de esa guisa te los llevabs a casa recien muertos.