El comercio de las Siete Calles

Artekale

Hablar del Casco Viejo de Bilbao supone hablar del comercio de las Siete Calles. Tradicionalmente, las Siete Calles de Bilbao han tenido una clara vocación comercial. Los propios orígenes de la villa como principal eje de intercambio mercantil de la lana procedente de Castilla, han transmitido a sus más antiguas calles esa impronta comercial que se ha mantenido a lo largo de los siglos.

El comercio de las Siete Calles
Artekale – Foto cedida por la Enciclopedia Auñamendi

En este sentido, y teniendo en cuenta que son las excepciones las que confirman la regla, cada calle tiene unas características propias y singulares que nos permiten diferenciarla de las demás. La actividad comercial, si bien se desarrolla con más o menos incidencia en todo el barrio, se centra básicamente en cinco de sus calles: Somera, Artekale, Tendería, Belostikale y Carnicería Vieja, que son, precisamente, las cinco calles que nacen al pie del Mercado de la Ribera, motor y eje de la actividad del centro comercial.

Importancia del Mercado de La Ribera

El Mercado de la Ribera ha tenido una relevancia fundamental en el abastecimiento de productos frescos de alimentación, no solo para los propios bilbainos, sino también para muchos vecinos de los pueblos que le rodean y dan solera y ambiente a toda Bizkaia entera, como dice la bilbainada.  En la actualidad, debido a las crecientes dificultades de acceso al recinto, su volumen de actividad ha decrecido y, tras la última reforma, el mercado de abastos ha quedado reducido a la mitad de su aforo, ocupando el resto del recinto diversos locales de hostelería y restauración.  Sin embargo, sigue siendo el principal centro de suministro de alimentos frescos de la ciudad y su entorno. Muchos de sus puestos de venta son tradicionales en la villa, tras varias generaciones familiares al frente de su gestión,  y ampliamente conocidos por los vecinos de Bilbao. Por otro lado, la disminución de puestos en el propio Mercado se ha visto acompañada, simultáneamente, por un aumento de los negocios de alimentación en lonjas próximas de las Siete Calles y La Ribera, lo cual resulta realmente paradójico.

Mercado de La Ribera
Entrada principal al Mercado de La Ribera

El Mercado de la Ribera tiene dos accesos fundamentales: Uno que desde Bilbao la Vieja, La Peña y San Francisco llega al mercado cruzando la ría a través de los puentes de San Antón y el de Ladrillo. Y el otro que, desde la Plaza de Unamuno, que tradicionalmente recogía el tráfico procedente del Txoriherri  a través de la desaparecida Estación de Lezama y que ahora recoge el procedente de todo el Gran Bilbao desde la estación de Metro que en ella se ubica, y a través de la calle La Cruz y Portal de Zamudio, accede a La Ribera atravesando las Siete Calles, siguiendo fundamentalmente el camino más directo de Artekale y Tendería, lo que hace que estas dos calles sean, de las siete, las más comerciales. Más minoritario es el acceso desde El Arenal a través de las calles Correo y Bidebarrieta y que por la Plazuela de Santiago va hacia La Ribera por Carnicería Vieja o Belostikale.

Como se ha podido ver, la entrada al Casco Viejo por la Plaza de Unamuno es una de las vías más transitadas de acceso a las Siete Calles y está estrechamente relacionada con la visita al Mercado de la Ribera, lo que provoca que la actividad mercantil de las Siete Calles y la del mercado de abastos estén íntimamente vinculadas.  Los dos ámbitos comerciales se han complementado históricamente a la perfección y podemos considerar que esta relación ha tenido no poco que ver con la evolución de los nuevos usos dados en la actualidad a los locales comerciales.

Portal de Zamudio
Portal de Zamudio. De aquí parten las tres calles más antiguas de Bilbao.

En otro orden de cosas, la particular idiosincrasia de la construcción inmobiliaria en estas calles hace que los locales comerciales no sean de grandes dimensiones, sino más bien de tamaño medio o pequeño, por lo que el comercio que en ellas se ha ubicado ha sido tradicionalmente familiar. Los grandes almacenes mayoristas que, en algún tiempo, proliferaron en la zona, fueron ampliando su superficie a costa de los pisos originalmente destinados a vivienda., aunque en la actualidad esta sea una práctica casi inexistente.

Estos dos factores han confluido para que, sin temor a equivocarnos, podamos considerar el comercio de las Siete Calles, por volumen y concentración, como el más genuinamente bilbaino.  Un gran centro comercial de bilbainos y para bilbainos, y en el que brillan por su ausencia franquicias y grandes superficies, aunque, como ya se sabe, son las excepciones las que confirman la regla.

El comercio de las Siete Calles

Aunque en Artekale y Tenderia han predominado, tradicionalmente, las tiendas de consumo más generalizado: tiendas de moda para señora y caballero,, zapaterías, lencerías, ropa de hogar, mercerías, droguerías, etc… en la actualidad, como ya hemos esbozado anteriormente, la realidad es bien diferente y en estas calles se ha experimentado una profunda renovación. Junto a negocios de toda la vida, nuevos emprendedores han abierto sus tiendas ofreciendo artículos de una gran diversidad de sectores, y es que, aunque se ha producido un incremento considerable de los locales dedicados a alimentación y artesanía, al mismo tiempo se ha generado una oferta comercial mucho más diversificada que la anterior.

La calle Somera, una de las zonas de mayor tradición chiquitera, se puede dividir actualmente en dos zonas diferenciadas. Una que va desde el Portal de Zamudio hasta el cantón de Sota y en la que predominan los locales de hostelería, básicamente  bares,  que alternan su espacio con diversas tiendas de estilos innovadores entre las que caben destacar las dedicadas a marroquinería, ya que pudieran mantener cierta relación de continuidad con la famosa y ya desaparecida tienda de «Curtidos Calle». En la segunda zona, del cantón de Sota hasta la Ribera, destacan algunos negocios clásicos,  de larga tradición histórica en el Casco Viejo, los cuales se alternan con otros de más reciente creación.

Belostikale
Belostikale desde La Ribera – Palacio Arana

Belostikale y Carnicería Vieja son, de las siete, las calles más cortas, ya que quedan limitadas por La Catedral y su plazuela respectivamente. En ellas han predominado, tradicionalmente, los negocios de más alta especialización, comercios dedicados a un consumo menos generalista.  No obstante, en la actualidad, ambas calles han seguido caminos muy distintos, y así, mientras en Belostikale se mantiene, proporcionalmente, el mayor número de comercios tradicionales, algunos de ellos únicos en la villa, Carnicería Vieja ha sufrido una profunda transformación en los últimos años, albergando en la actualidad una gran mayoría de comercios innovadores de reciente apertura.

Como ya hemos indicado anteriormente, Barrenkale y Barrenkale Barrena siempre han tenido una mayor vocación hostelera, habiéndose mantenido en sus locales la larga tradición chiquitera que han tenido desde antaño. No obstante, también se ubican en ellas algunos comercios muy apreciados por los vecinos del barrio.

Otras calles aledañas

En este recorrido por el comercio de Las Siete Calles no podemos olvidar a las calles Ronda y Pelota, donde también se constata la actividad comercial y hostelera, y aunque no pertenezcan estrictamente a Las Siete Calles comparten con ellas una profunda relación de afinidad.

En definitiva, el comercio de las Siete Calles ha sufrido una profunda transformación en las últimas décadas y, a día de hoy, podemos encontrar una amplísima variedad de establecimientos: desde aquellos de toda la vida, que mantienen en la actualidad, y cada día con más pujanza, su actividad comercial en sectores casi desaparecidos en otras zonas y ciudades, a los más nuevos e innovadores, que también, en muchos casos, son únicos y bien diferenciados. Si te gusta el pequeño comercio local, distinto y alternativo, las Siete Calles son el lugar ideal para pasear viendo escaparates, tomarte un aperitivo o merendar mientras disfrutas de su incomparable ambiente. Te esperamos.

 

Guía definitiva de las Siete Calles para bilbainos dummies

Las Siete Calles
Guía de Las Siete Calles
Las Siete Calles desde Solokoetxe

Cada vez es más frecuente encontrarse deambulando por las Siete Calles de Bilbao a bilbainos de pro que no encuentran la salida. Pues bien, este artículo pretende ser la solución definitiva al problema: Una guía de las Siete Calles dedicada a ellos. Por fin, una vez leído este artículo, nunca más volverán a perderse y podrán disfrutar plenamente del corazón de Bilbao sin miedo al extravío, libres y felices.

Primera solución

Una primera solución, muy trillada ya, es la de ir dejando caer miguitas de pan por el camino y así poder regresar siguiendo el rastro trazado. Lo único malo de este sistema es que, con la actual escasez de comida para gorriones en nuestras calles, igual a la vuelta han desaparecido algunas, devoradas por las inocentes y hambrientas criaturitas de Dios. Además, y esto podría resultar catastrófico, corremos el riesgo de que le toque turno de limpieza a una de esas máquinas infernales que arrasan con todo resquicio de suciedad y entonces sí que desaparece irremediablemente todo rastro de las miguitas. Por otro lado, debemos considerar el coste económico inherente, ya que deberíamos disponer de una barra de pan, aunque, por otro lado, siempre se puede emplear algún pan lowcost para minimizar gastos. Pero no nos desanimemos, no hay que preocuparse, todavía quedan otros métodos de orientación y son menos problemáticos.

Plano de Bilbao

Segunda solución

Una alternativa sería emplear un plano bien detallado. En las oficinas de turismo los regalan. Lo único malo de este procedimiento es que hay que disfrazarse al modo guiri, ya que si te delatas como bilbaino solicitando o consultando un plano de la villa, el ridículo puede ser monumental. La primera norma, fundamental para conseguir un buen disfraz de foráneo, es quitarse la txapela. Ni se te ocurra salir con ella puesta. Mucho menos si, para mayor inri, la txapela es azul Bilbao.

Si acaso notaras frío cenital por la falta de costumbre, puedes ponerte una parpusa, tan de moda en estos tiempos o una de esas horripilantes gorras de propaganda que regalan en los súper, y listo. Total, por un día que no vistas con esa elegancia propia de Bilbao y los bilbainos, no pasa nada. También imprescindible la cámara de fotos. No hace falta que sea una Canon prét a porter de esas, incluso en caso de imperiosa necesidad, puede servir el mismo móvil. Eso sí, úsalo, que si te ven mirando el mapa, que parezca que eres de fuera. Y poco más, simplemente abandona por unas horas ese estilo tuyo de gentleman o lady, tan genuinamente bilbaino, y a disfrutar del botxo. Ah, se me olvidaba, si te decides por emplear este método, no te olvides de la brújula. Imprescindible para poder leer un plano.

Tercera solución

Para que no digas que no ofrecemos alternativas, ahí va una tercera, en mi opinión la más eficiente. Se trata de pisarlas y pasearlas sin ayudas extraordinarias, simplemente tienes que usar una regla mnemotécnica y aprenderte las palabras «SOMARTEN BELCARBAR BAR».

  1. SOM de Somera
  2. AR de Artekale
  3. TEN de Tendería
  4. BEL de Belostikale
  5. CAR de Carnicería Vieja
  6. BAR de Barrenkale
  7. BAR de Barrenkale Barrena

Como las Siete Calles parten del Mercado de La Ribera, son paralelas y están ordenadas partiendo de San Antón, solo debes contar las entradas y así saber en qué calle te encuentras. Además, en caso de extrema necesidad, siempre puedes leer los carteles que hay en cada calle y, una vez ubicado, calcular el número de calles que debes atravesar para llegar a tu destino. Ten en cuenta que puedes usar los cantones para atravesarlas.

Amabilidad de los bilbainos

Y bueno, si todas estas soluciones te resultan demasiado complicadas, siempre existe la posibilidad de preguntar a los viandantes. Si por casualidad dieras con uno de Bilbao de toda la vida, de esos que no se pierden por el Casco Viejo, seguro que te acompaña hasta tu destino y,  de camino, seguro que te cuenta mil historias y sucedidos, te dará toda clase de explicaciones y amena conversación, pues no hay cosa que más ilusión haga a un bilbaino de los de toda la vida, que poder enseñar al que no sabe sobre su querido botxito.

Espero que te haya gustado esta guía de las Siete Calles y que te sirva de ayuda. Así que venga, anímate y entra a pasear por la Siete Calles, que ya ves que no es tan difícil orientarse. Aquí te esperamos

Pero qué son las Siete Calles de Bilbao

La Ribera
Plano de las Siete Calles de Bilbao medieval
Plano de Bilbao, año 1442 Reconstrucción de J. Muñoz Arte y urbanismo en el Casco Viejo de Bilbao – Javier del Vigo

Las Siete Calles de Bilbao son el núcleo originario de la villa. No nos importa que en el momento de la fundación de la «Muy Noble, Muy Leal e Invicta Villa» por Don Diego López de Haro, allá por el año 1300, fueran tan solo tres las calles. No tardó mucho en completarse todo el recinto amurallado con nuevas casas y viviendas que completaron lo que hoy conocemos como tal. Así, para el último cuarto del S. XIV, ya comenzaba a esbozarse la cuarta calle, y mediado el XV ya se conocían las 7 calles con su trazado actual.

Y este es, precisamente, uno de los grandes atractivos que nos ofrece el paseo por las siete calles de Bilbao, sabiendo que son las mismas por las que transitaron los bilbainos de hace más de siete siglos sin haber sufrido apenas transformaciones sustanciales.

Así, en la actualidad podemos ver intacto el trazado urbano de este primitivo Bilbao y su configuración típicamente medieval. Calles rectilíneas y paralelas que conservan su anchura original de alrededor de seis metros. Los solares para edificios siguen siendo estrechos y alargados, cortados por cantones que comunican las calles entre si, como entonces. Las manzanas de casas, así determinadas, se estructuran de forma tal que se dividen en dos bloques independientes, dando cada uno a una de las calles, en virtud de una estrecha cárcava que los separa longitudinalmente, de forma que cada edificio pertenece a la calle donde presenta su fachada.

Las Siete Calles de Bilbao

Como ya hemos dicho, en un principio fueron tres las calles que dieron inicio al actual Bilbao: Somera (Cimera) o Goienkale, la calle de arriba; Artekale, la calle del medio, también conocida en algún tiempo como «de los francos» (sobra explicar los motivos); y Tendería o Dendarikale, la última, también nombrada como «de Santiago» en otros siglos.

A estas tres primitivas calles pronto se unieron otras cuatro, que copiaron escrupulosamente el trazado urbano de  las primeras y que paso a nombrar: la calle de las Pescaderías, hoy conocida como Belostikale (Belaoxtekale propone Javier del Vigo), tiene un nombre de origen incierto, aunque a mí algún experto me apuntó la posibilidad de que fuera «Calle de las Huertas de Atrás» (observando algún plano de la época, la etimología no carece de sentido, aunque ignoro su validez filológica); la siguiente sería Carnicería Vieja, nombre que procede del antiguo matadero que allí se ubicaba; Barrenkale, o calle de El Palacio, en castellano la «calle de dentro»; y Barrenkale Barrena, o de abajo.

Ha sido tradicional y bastante habitual entre bilbainos hablar de las Siete Calles para referirse a toda la Parte Vieja de Bilbao (aunque desde la creación de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo de Bilbao, allá por los últimos  años 60 del S. XX , se ha ido diferenciando, poco a poco, lo que es el Casco Viejo de lo que  son propiamente sus Siete Calles). Y es que, si bien existen otras calles de similares características a estas siete primeras dentro del Casco Viejo, también se engloban en él otras cada vez más diferenciadas.  Pero éste es un tema para otro artículo específico.

Así que ya sabes, cuando bajes por el Casco Viejo, adéntrate por sus Siete Calles y disfruta de su singular esquema medieval. No son muchas las ciudades europeas que conservan íntegras sus primeras calles. Disfrútalas con calma y fijándote en los detalles.

La Ribera, entradas de las Siete Calles de Bilbao
Arcos de La Ribera, el inicio de las Siete Calles de Bilbao

Qué ver en las Siete Calles de Bilbao

Las Siete Calles de Bilbao comienzan en La Ribera, que, como su nombre indica, es un agradable paseo que transcurre al borde de la ría de Bilbao. Un buen lugar para comenzar nuestra visita. Además de que resulta muy gratificante pasear al cobijo de sus arcos, que nos protegen del agua cuando llueve y nos dan sombra si hace sol, si echamos la mirada a lo alto, podemos observar las originales pinturas al fresco que decoran sus techos desde hace algunos años por iniciativa del Ayuntamiento.  Los Arcos de La Ribera van desde Somera hasta Carnicería Vieja, por lo que, paseando por ellos, podemos ver el inicio de cinco de las Siete Calles y, andando solo un poco más, las dos restantes.  Así mismo, nos podemos fijar también en el famoso Mercado de La Ribera, el más grande mercado de abastos de Europa.

Piérdete por sus calles, no tienen pérdida, o bien sales a la ría, o bien a las proximidades de La Catedral, y siguiendo en la misma dirección, también de vuelta a la ría. Disfruta de su frescor en verano. Normalmente, estas calles se mantienen varios grados por debajo de la temperatura predominante en el resto de la ciudad debido, precisamente, al diseño angosto de sus calles. En algún tiempo, incluso era posible andar por ellas sin mojarse cuando llovía debido a la amplitud de los aleros de sus casas, aunque tuvieron que prohibirse por el alto riesgo que entrañaban al favorecer la propagación de incendios. También podrás disfrutar mirando los escaparates del comercio local que aquí se aloja, prácticamente ajenos a franquicias y grandes superficies comerciales y, cómo no,  paladear los pinchos y dulces más típicamente bilbainos que nos ofrecen hosteleros y pasteleros locales.

Atraviesa por los cantones y observa su diseño con doble vertiente de aguas a sendas calles. Fíjate en las puertas que hay en lo alto de cada tramo del cantón. Son las puertas de acceso a las cárcavas y desde donde, en época estival, se vertían las aguas para limpiar y refrescar las calles. Los cantones, según nos informa Manuel Basas, carecieron de nombre hasta 1976 y después de largas peripecias hemos alcanzado la actual nomenclatura. Hoy se conocen,  uno como cantón de Julián Echevarría «Camarón» y de Alejandro de la Sota el otro.

Visita Somera y fíjate en que es la única de las siete que tiene un tramo en curva. Ello se debe a la vuelta que daba la muralla, sobre la que se apoyaban los edificios en este tramo, para poder cerrar el cerco defensivo. Al terminar la curva de la calle nos encontramos con el Portal de Zamudio, la única puerta de la ciudad hacia el norte, hoy desaparecida.

Date un paseo por las Iglesias de las Siete Calles de Bilbao que, aunque han sufrido bastantes modificaciones desde aquellos tiempos iniciales de la villa, siempre aportan, no sé por qué, un incuestionable aire medieval. San Antón, emblema de la villa, es fruto de la reconversión del viejo alcázar que vigilaba el puente del mismo nombre que daba acceso a la villa en aquellos tiempos del medievo. La Catedral, por su parte, es la Iglesia más antigua de Bilbao, con orígenes anteriores a la fundación de la villa. También los Santos Juanes, inicialmente colegio de jesuitas y primer edificio monumental que se construyó en Bilbao extramuros de la villa. La cuarta parroquia, San Nicolás, aunque se encuentra un poco más alejada de las Siete Calles, en El Arenal, presenta una magnífica colección de escultura.

Espero que te haya gustado este breve paseo por las Siete Calles y que te animes a participar con nosotros en este nuevo proyecto que hoy comenzamos. Se agradecen todos los comentarios, correcciones y debates que puedan surgir.