Los mejores pinchos de las Siete Calles de Bilbao, según mis contactos de Facebook

Pinchos

El presente artículo recoge las opiniones que me han dejado diferentes personas contestando a la pregunta que sobre los pinchos de las Siete Calles lancé en Facebook, tanto en mi perfil personal, como en el grupo «Bilbao, capital del mundo». Como era de esperar, dada la confusión existente entre Siete Calles y Casco Viejo, una gran mayoría de respuestas se refieren a establecimientos ubicados fuera del ámbito de Las Siete Calles y no las he considerado de interés para el artículo, que tiene otros objetivos, por lo que no las cito, aunque, si tienes interés, se pueden consultar en la red social, así como los diferentes perfiles personales que han participado con sus respuestas y que en el artículo cito solo con las iniciales, salvo que ellos me digan lo contrario.

Pinchos de las Siete Calles de BilbaoPinchos de las Siete Calles de Bilbao

PREGUNTA

«¿CUÁL ES PARA TI EL PINCHO MÁS RICO Y SABROSÓN DE LAS SIETE CALLES?

Un poco aburrido de leer recomendaciones de pinchos que siempre dirigen a las mismas zonas del Casco Viejo, tengo la intención de escribir un artículo sobre «Los mejores pinchos de las Siete Calles«, pero como no me apetece nada hacer el papel de «influencer» y, para ser justo, probar toda la variedad de pinchos existente, me gustaría que el artículo recogiera las opiniones de otra gente que conozca el material de primera mano.
Si te apetece colaborar, sirve con una breve descripción, acompañada de los datos del bar donde se sirve, aunque sería la bomba poder disponer también de una foto del pincho. Solo pido que el bar esté dentro de las Siete Calles o, como mucho, en las limítrofes de La Ribera, Ronda, Pelota o La Torre y que no se trate de alguna franquicia o similar.
¿Me ayudas?»

RESPUESTAS

Los mejores pinchos de las Siete Calles

SOMERA

  •  M. D. B. – Los champis del bar Motrikes de Somera, imprescindibles.
  • E. L. M. – Siete calles? Bufff!!! Difícil… Los champis del Motrikes. Por decir algo a bote pronto.
  • E. A. – Ummm Y qué me decís de las tortillas del k2!!!
  • I. I. –  … y champi del motrikes en Somera.
  • E. R. – Pues en el k2 tienen un rulo de ajos tiernos y setas de tortilla con cebolla crujiente que flipais
  • M.E. Las rabas del zirikaldi de somera y ahora albondigas individuales rellenas de boletus con su salsita

ARTEKALE

  • I. O. – Los bokatas de bonito, antxoas y alegrias del Joserra
  • J. C.sin duda el bonito con divisa de bodega Josera en el Cantón de Artekalle

TENDERÍA

  • P. S. – Retolaza c/Tenderia la tortilla de patatas buenisima y el txipi con cebolla se sale

BELOSTIKALE

  • L. L.Las hamburguesas del «ISIPIL«, en Belosticalle , estan de rechupete, llevan pan focaccio y la carne con poca grasa y hechas en su punto.

CARNICERÍA VIEJA

  • A. A. N.
En carnicería vieja el bakalao de café 91 rico rico
En carnicería vieja el bakalao de café 91 rico rico
  • S. U. O.En la plaza Santiago hay buenos pintxos, sándwiches excelentes y un montón de cosas que te hacen volver…se llama el Bizuete
  • …y el otro es el bizu-bi…Y un trato extraordinario

BARRENKALE

  • E. K.   – la tortilla del Epelde en Barrenkale…
  • …el txipiron encebollado y la berenjena con cebolla caramelizada y queso de cabra del Luciano

BARRENKALE BARRENA

  • O. K.
La ley Seca
Me gusta mutxo «La ley seca» sus empanadillas enormes..el bar es vintage genial😊

PELOTA

  • I. P. – La tarta de chocolate del Lamiak. Un poco cara, pero muy rica!
  • E. K. – La croqueta de Basaras en la calle pelota
  • G. M. – Ahora leo bien, difícil reto. Creo que no hay un pintxo que sea extraordinario en los bares de estas 7 calles . Muchos son correctos y están bien, pero no veo extraordinarios. (y conozco los bares)
    La Antxoa del Basarás (si se considera la c/Pelota)
  • M. O. – Los de la peña del athretic

LA TORRE

  • E. K. La golfa del Ormaetxe

Espero que el artículo te pueda servir de ayuda, tanto si tienes la intención de probar por primera vez los pinchos de las Siete Calles como si ya los has catado, pero has encontrado alguno que no conocías.

Con un poco de suerte, los bares recomendados aparecerán en el plano directamente señalados en rosa fuerte con unos corazones. De no ser así, darle en ampliar imagen y se abrirá otra ventana en la que sí aparecen. De esta forma no hay manera de perderse, si están bien ubicados por Google, que no siempre es así, aunque, al menos, andará cerca.

Reflexiones sobre comercio y espacio peatonal en las Siete Calles

Siete Calles Bilbao, espacio peatonal

Este artículo no pretende hacer un estudio categórico y definitivo acerca del impacto que sobre la actividad comercial  del barrio ha tenido la peatonalización del Casco Viejo de Bilbao, sino más bien hacer una serie de reflexiones personales, procurando acercarme lo más posible al sentido común, acerca de este espinoso asunto.

Peatones
Peatones

La peatonalización del Casco Viejo se inicia a principios de los años 70 del pasado siglo con el cierre al tráfico rodado de cinco de las Siete Calles: Somera, Artekale, Tendería, Belostikale y Carnicería Vieja, aunque no sería hasta 1980 cuando se declare oficialmente peatonal todo el conglomerado de calles del Casco Viejo de Bilbao. Sin embargo, el conjunto de medidas disuasorias contra la utilización del vehículo privado, con la  intención de acercarse al barrio, no terminaron entonces, habiéndose llegado en la actualidad a una situación en la que resulta imposible detener el coche legalmente en todo el perímetro transitable del Casco Viejo. Asimismo y por otro lado, las zonas más próximas al recinto comercial en las que podemos aparcar un coche, además de estar relativamente alejadas, ofrecen muy pocas plazas de aparcamiento. Serían la calle Prim, Iturribide, Fika o Solokoetxe del lado de Begoña y el barrio de Miribilla y Bilbao la Vieja, en la otra ribera de la ría. Por supuesto, también disponemos de otra opción como es la de aparcar en el Parking del Arenal, asumiendo, claro está, su coste monetario. En esta tesitura, parece que, en principio, el uso del transporte privado para acercarse al parque comercial de las Siete Calles queda descartado por complejo y difícil. Se hace prácticamente imprescindible el uso del transporte público, al menos para las personas que no viven en el entorno accesible andando.

Nadie puede poner en duda los beneficios que proporciona una ciudad peatonal. Son indudables sus ventajas:

  • Reduce la contaminación, tanto ambiental como sonora
  • Mejora la calidad de vida de los viandantes que pueden, de esta manera, disfrutar más y mejor del espacio urbano
  • Es un aliciente más para el turismo, ya que hace más agradable el paseo por las calles
  • Aumenta la seguridad vial
  • Fortalece las relaciones interpersonales
  • Reduce el estrés de habitantes y trabajadores de la zona
  • Favorece la pérdida de peso de los habitantes al verse obligados a caminar más, con lo que mejora su salud, etc…

No obstante, en la gran mayoría de argumentarios favorables a la peatonalización que, para cada caso particular, se utilizan a modo de justificación de proyectos concretos y exclusivos, a esta lista de loables y saludables efectos positivos, se añade siempre el impacto beneficioso que sobre el pequeño comercio local tienen estas medidas de prohibición del tráfico rodado. Y es aquí donde discrepo.

En primer lugar, soy consciente de que, en muchas ocasiones y en determinados núcleos urbanos, las restricciones al tráfico rodado son necesarias e inevitables. De la misma forma, no dudo de los innumerables beneficios que reporta al bien común de la ciudadanía. De lo que dudo, es de que, como aseveran muchos, estas medidas sean beneficiosas para la vida comercial, siempre y en todo lugar . Y de ejemplo, un botón:

«Una calle sin tráfico, sin ruido, bien comunicada gracias al transporte público es una garantía de éxito para los ciudadanos y el pequeño comercio.»

¿Podría la persona que ha escrito esto certificar la frase para el caso concreto y particular de nuestras Siete Calles? Si trazáramos una linea que reflejara el grado de peatonalización del Casco Viejo a través del tiempo, desde los años 70 a nuestros días, y otra que reflejara, para el mismo periodo de tiempo, el desarrollo comercial del barrio, ambas lineas se irían separando progresivamente. Mientras que la primera iría en sentido ascendente, la segunda, sin duda alguna, sería machaconamente descendente. No parece, por tanto, que una calle sin tráfico, sin ruido sería discutible y bien comunicada por el transporte público, sea garantía de éxito para el pequeño comercio. Es cierto y soy consciente, sin embargo, de que estos datos, por si solos, no establecen una correlación entre ambos fenómenos. No podemos establecer una relación de causa y efecto pero, al menos, sí podemos concluir que la peatonalización no garantiza, allí donde se implanta, ni siquiera, el mantenimiento de la vida comercial previamente existente.

Siete Calles Bilbao, peatonalización
Siete Calles Bilbao, espacio peatonal

Y es que el caso de cada ciudad, cada distrito y cada calle, es distinto, aunque, en mi opinión, existen tres factores fundamentales que determinan, en clave comercial, el éxito o fracaso de un proceso de peatonalización, factores que están íntimamente relacionados con la necesidad, siempre subjetiva, de la utilización del vehículo privado en el proceso de compra y que pienso que han influido decisivamente en el declive comercial de las Siete Calles.

  1. Una primera circunstancia que determina la actividad económica de un centro comercial urbano concreto es, en mi opinión, la proximidad o lejanía que el mismo tiene a la zona más cercana transitable en vehículo privado y el grado de dificultad que tiene el acceso a esta zona. No es lo mismo una calle peatonal rodeada de calles transitables en coche, que otra alejada 15 minutos o más del tráfico rodado. Ya hemos visto la contundente realidad que, a este respecto, presentan las Siete Calles; hay otros ejemplos del mismo Bilbao, que nos sirven para ilustrar la segunda alternativa, y que muy bien pudieran ser la calle Ercilla o la Gran Vía, oasis peatonales en el mismísimo centro de la jungla urbana bilbaina. De cualquier forma, también sería necesario apuntar que, en ellas, aunque con la peatonalización se les ha dotado de una importante pujanza comercial, al mismo tiempo, se ha producido un considerable descenso del pequeño y mediano comercio tradicional, que se ha visto sustituido masivamente por distintas franquicias y firmas comerciales sin raigambre local.
  2. Un segundo elemento, estrechamente vinculado con el anterior, y que resulta insoslayable a la hora de abordar el tema que nos ocupa, es el de la existencia de otros centros comerciales alternativos, ubicados en la periferia metropolitana, con un alto grado de afinidad con la cultura automovilística y que son competencia directa de los centros comerciales urbanos peatonales.
    Hoy en día, todos mantenemos opiniones favorables para con el ecologismo, y el respeto al medio ambiente es incuestionable; sin embargo, el uso habitual del coche particular está cada vez más extendido en nuestra vida cotidiana, por lo que no es de extrañar que también el consumidor opte mayoritariamente por el uso del transporte privado para realizar sus compras, sobre todo las concernientes a productos de uso cotidiano y de fondo de armario. Y como cada vez es más escaso el tiempo de que disponemos para comprar, ya que estamos allí…pues aprovechamos y compramos de todo.
    De todas maneras, siempre me he preguntado que si tenemos en cuenta que el acceso a estos centros comerciales supone generalmente para el consumidor hacer unos recorridos en coche más largos que los necesarios para acceder al centro urbano por los mismos medios, no sé si con el cambio habremos conseguido reducir en algo la contaminación o, simplemente, la hemos trasladado de ubicación. Doctores tiene la Iglesia.
  3. Teniendo en cuenta los dos aspectos comentados anteriormente, no parece que la vida comercial de las Siete Calles se haya beneficiado demasiado de su actual estado peatonal. Descartada como está la afluencia en vehículo particular al conglomerado comercial de las Siete Calles, nos quedaría por analizar si su grado de influencia en el entorno más próximo es suficiente para aprovechar todo su potencial. Es decir, si el conjunto de consumidores que descartan el uso del automóvil para realizar sus compras y para los que resulta relativamente asequible acceder a las Siete Calles, bien andando, o bien a través del transporte público, es suficiente para poder mantener abierto el parque de lonjas existentes actualmente en el barrio. A ojo de buen cubero, me parece que no.
    En el Casco Viejo de Bilbao viven unas 7.500 personas, lo que supone un 2% del total de habitantes de la villa y, aunque es verdad que la zona posee un fuerte atractivo, tanto para el resto de bilbainos como para el público proveniente de la provincia y el turismo, lo cierto es que el número de lonjas comerciales cerradas crece cada día. Y es que mientras el ocio no parece estar reñido con la vida peatonal, la actividad comercial sí, como reconoce el propio ayuntamiento:

    «A pesar esta importante atractividad, su actividad comercial se ha visto especialmente afectada por la crisis económica, con una pérdida entre 2007 y 2015 del 23% de los establecimientos comerciales (5 puntos por encima de la media de Bilbao).
    De forma paralela, el número de establecimientos de hostelería ha crecido en el mismo período un 6%, al contrario de la tendencia de Bilbao, en la que la disminución global fue del 8%.»

    Yo diría que la disminución de la actividad comercial del Casco Viejo, sobre todo en las Siete Calles, es muy anterior a la crisis, pero vaya, aunque sea un poco tarde, parece que el Ayuntamiento por fin se ha percatado de la situación y propone una serie de soluciones. Ojalá sirvan para algo y no sea demasiado tarde.

Están desmantelando la terraza del Mercado de la Ribera

Somos muchos los que sobre la terraza del Mercado de La Ribera hemos hecho comentarios negativos, y es que no parece muy de recibo que un espacio público termine siendo utilizado por un particular de forma exclusiva.

La terraza del Mercado de La Ribera
Operarios trabajando en el desmantelamiento de la  terraza del Mercado de La Ribera

Parece razonable que los establecimientos hosteleros puedan sacar terrazas a la calle, dentro de unos límites, pero lo que no resultaba normal era que se hubiera instalado un nuevo local en un espacio que se supone es de disfrute público y para todos los ciudadanos, porque la instalación que ahora se está desmantelando no se retiraba cuando el bar estaba cerrado, como sucede con cualquier terraza, sino que utilizaba el espacio las 24 horas del día, los 365 días del año. Es decir, la  terraza del Mercado de La Ribera se había apropiado del espacio peatonal para su uso y disfrute exclusivo. Eso no es una terraza, sino una extensión del propio bar. La instalación contaba con mostrador e, incluso, cafetera propia.

Al parecer, el local ya había sido multado con 1500 € por el Ayuntamiento de Bilbao y tenía otros tres expedientes abiertos en el consistorio. junto a otro en la Agencia Vasca del Agua / Uraren Euskal Agentzia, URA, y aunque desconozco cuál ha sido la causa que ha motivado el desmantelamiento del establecimiento, la verdad es que resultaba incomprensible que siguiera campeando a sus anchas durante más de un año, cuando a todas luces resultaba inapropiado.

Quedamos a la espera de nuevas noticias y de comprobar cómo se resuelve el contencioso.