Ventanas – Una mirada al cielo de las Siete Calles
Alzar la vista y descubrir la vida que se esconde detrás de cada ventana
Pocas veces levantamos la cabeza y observamos lo que se esconde por encima de nuestra mirada. Pocas veces detenemos el paso y pensamos. Y es que pocas veces tenemos la oportunidad de ver y disfrutar de tan variadas y sugerentes ventanas como las que nos ofrecen las Siete Calles de Bilbao. Ventanas con pájaros y flores, como a mí me gustan. Ventanas calladas que hablan a quien las escucha.
“Las Ventanas
Quien desde fuera mira a través de una ventana abierta, jamás ve tantas cosas como quien mira una ventana cerrada. No hay objeto más profundo, más misterioso, más fecundo, tenebroso y deslumbrante que una ventana tenuemente iluminada por un candil. Lo que la luz del sol nos muestra siempre es menos interesante que cuanto acontece tras unos cristales. En esa oquedad radiante o sombría, la vida sueña, sufre, vive.
Por sobre las olas de los tejados, acierto a entrever a una mujer madura, arrugada ya, pobre, perpetuamente enfrascada en su tarea y que nunca sale. Con su rostro, con su atuendo, con sus gestos, con apenas nada, he reconstruido la historia de esta mujer, o quizá fuera mejor decir su leyenda, y de vez en cuando, entre lágrimas, me la recito a mí mismo.
De haber sido un pobre anciano, habría reconstruido la suya con la misma naturalidad.
Y me acuesto, satisfecho de haber vivido y padecido en la piel de otros.
Y tal vez me digan: “¿Cómo sabes que esa leyenda es la verdadera?”. ¡Qué me importa la realidad que se halle fuera de mí, si me ha ayudado a vivir, a sentir que soy y lo que soy.»
Curiosidades de las Siete Calles que tal vez aún no conozcas
Todavía se conservan partes de la muralla que rodeó las Siete Calles del primitivo Bilbao
El viejo Bilbao, el de las Siete Calles, estuvo en otro tiempo rodeado por una potente muralla que se remataba con una torre defensiva desde la que se daba acceso a la villa por el puente de San Antón.
Sin embargo, en la actualidad, la presencia de esta muralla que daba forma al primitivo Bilbao, pasa desapercibida para el paseante inadvertido, aunque todavía es posible imaginarla a través de los pocos restos que perviven.
Son tres los puntos en los podemos constatar su existencia:
En la calle Ronda todavía se conserva parte del lienzo de aquella muralla, formando parte, en la actualidad, de la pared de una casa de vecinos. Si te interesa, puedes darte un paseo por la calle fijándote bien en las numerosas paredes de piedra que en ella se conservan. En una de ellas verás un cartel que indica sus remotos orígenes.
En la iglesia de San Antón se conservan los cimientos de la primitiva torre que allí se ubicó, los cuales pueden verse a través del cristal que, con este propósito, se colocó como suelo del presbiterio.
También en el extremo opuesto del recinto amurallado se conservan restos de los cimientos de aquella muralla. Se guardan «in situ» en el interior del Palacio John, también conocido como Edificio de la Bolsa, y se pueden visitar libremente ya que el casa es un Centro Cívico en la actualidad.
Curiosidades de las Siete Calles – Fuente de la Plazuela de Santiago
La fuente de la Plazuela de Santiago
Seguramente, casi todos nos habremos quejado alguna vez de lo incómodo que resulta intentar beber agua en la fuente de la Plazuela de Santiago. La razón es que la fuente es del Siglo XVIII y estaba pensada para ser utilizada de una forma bastante diferente a los usos y costumbres actuales.
Por un lado, como resulta evidente, los grifos no son de aquella época. Seguramente, en aquellos tiempos, los caños verterían agua continuamente, sin mecanismo de cierre, y el agua brotaría horizontalmente y no en vertical como en la actualidad, por lo que los chorros quedarían más cerca del alcance de los usuarios. Y, por otro lado, la base no estaba rellena de hormigón como ahora, sino que en la concha se recogía el agua aportada por los caños, de forma y manera que las caballerías, tan abundantes en el Bilbao eminentemente comercial de aquella época, pudieran allí aplacar su sed, ya que, por aquel entonces, eran el único medio de transporte conocido.
Si pasas por la Plazuela, para un momento a comprobarlo, aunque, hay que reconocerlo, los azulejos que rematan el relleno de la concha sean realmente feos e inapropiados.
Cada calle tenía un patrón
En otros tiempos, cada una de las Siete Calles tenía su patrón o patrona, según el caso, y el día de la festividad se celebraba tanto por comerciantes como por vecinos. En la actualidad, festejar los diferentes patronazgos es una costumbre prácticamente desaparecida.
Curiosidades de las Siete Calles -San Lorenzo – Barrenkale
No obstante, todavía se conservan en algunas de las calles, como mudos testigos, algunas imágenes que recuerdan aquellos patronazgos.
Seguramente, la más conocida sea La Trinidad en ArteKale, famosa por el farol que la alumbra ¿Quién no ha oído hablar del Farol de Artekale? Si es hasta motivo de bilbainadas…
Sin embargo, aún quedan otros. La Magdalenaes la patrona de Belostikale y su imagen se conserva frente a la calle, en los arcos del pórtico de la Catedral de Santiago, protegida por una potente hornacina.
También en Barrenkale se conserva en una original hornacina acristalada la imagen de San Lorenzo y la Virgen de Begoña en Barrenkale Barrena.
Santa Ana era la patrona de Carnicería Vieja y su imagen estaba en el número 15 de la calle, donde la colocaron en 1878. Probablemente, allí estuvo hasta que la retiraron durante las obras de rehabilitación que se llevaron a cabo en el edificio en 1984. En la actualidad solo podemos imaginar su ubicación, casi en la esquina con el cantón, a la altura del primer piso.
No obstante, esta tradición no era privativa de las Siete Calles y también podemos encontrar imágenes del santoral en otras calles antiguas de Bilbao. Así sucede en la calle La Torre, en La Ribera o en Sombrerería, en La Ronda, Bilbao la Vieja e incluso en Solokoetxe. Y seguramente habrá más que se me olvidan.
El primer mercado mayorista de frutas y verduras
Curiosidades de las Siete Calles – Calle Ronda
Aunque la calle Ronda no pertenece estrictamente a las Siete Calles, lo cierto es que su vida ha estado siempre muy vinculada a la de ellas. La actividad del comercio minorista en ella es menor que en las otras calles, ya que no ha recibido la misma herencia. Y es que, hasta la creación, en el año 1971, del Mercado Central Mayorista de Mercabilbao, en la calle Ronda se centralizaba el mercado mayorista de frutas y verduras de Bilbao. Todavía se puede adivinar la actividad pasada si nos fijamos en la tipología de las lonjas y locales que hay en la actualidad.
El último edificio de las Siete Calles
La primera impresión que uno tiene paseando por las Siete Calles es que los edificios que hay en ellas tienen ser muy antiguos. Sin embargo, la realidad es que si bien una gran mayoría son del siglo XIX o principios del XX, existe una importante cantidad de edificios con no más de 20 años. Así sucede en Tendería, donde he podido contar hasta 5 edificios construidos en las últimas décadas de la pasada centuria. También en otras calles, como Carnicería Vieja, Artekale o Somera nos encontramos con edificios de la misma época. No obstante, la verdad es que no he encontrado ninguno edificado en el siglo XXI .El más reciente, si no me equivoco, está en el número 2 de Barrenkale, construido en el límite del pasado siglo, en el año 2000.
La verdad es que estas casas pasan bastante desapercibidas si no levantas un poco la vista y te fijas en ellas, lo que habla bastante bien del cuidado con el que se han construido, respetando el entorno. Hay que decir que en algunas ocasiones resulta algo difícil identificarlas. Te propongo que des una vuelta entre calles, a ver cuántas descubres.
En Bilbao, la primera venta en Kilogramos se hizo en Belostikale
Pudiera pensarse que la venta en kilogramos es algo muy antiguo, pero lo cierto es que es relativamente reciente y todavía hoy se puede escuchar en Bilbao a algunas personas utilizar las libras para pedir en la carnicería o pescadería. La implantación del sistema métrico decimal en España se remonta a finales del siglo XIX, aunque en Bilbao, debido seguramente a la fuerte influencia británica que ha tenido la villa desde antiguo, todavía a mediados del siglo XX eran muy habituales y frecuentes las compraventas en libras.
Y esto a pesar de contar en el botxo con un adelantado a su tiempo que, a mediados del XIX, ya pretendía implantar aquí el moderno sistema de pesas y medidas. Me refiero a D. Vicente Amat quien, a través de su negocio de venta de patatas en la lonja del Palacio Arana de la calle Belostikale, hizo ímprobos esfuerzos para su precoz implantación en su ciudad natal. Para ser justos, hay que decir que con escasos resultados positivos y, además, conviene resaltar que el hombre regentaba a la vez un negocio de venta de pesas y validación del nuevo sistema de pesaje.
Así que ya sabes, la próxima vez que pases por delante del Palacio Arana , acuérdate de este hombre que tanto luchó por la modernización de aquel Bilbao decimonónico.
El punto más bajo de las Siete Calles
Caminando por las Siete Calles es difícil percatarse del diferente nivel de altura que tienen las calles comparadas entre si, así como entre los diferentes tramos dentro de cada una de ellas.
Sin embargo, existen algunos fenómenos que nos informan explícitamente sobre estas diferencias. Uno de ellos es el agua. Efectivamente, sabemos cuál es el punto más bajo del Casco Viejo porque en aquellos momentos en que la ría alcanza niveles alarmantes, es el primer lugar por el que el agua se rebosa.
Este sitio es el tramo de la calle Tendería que va desde la calle Correo hasta el Portal de Zamudio. Hace ya muchos años que no tenemos oportunidad de corroborar este fenómeno y esperemos que no tengamos la oportunidad de hacerlo nunca más.
Anunciaban nieve en Bilbao para el 28 de Febrero de este año y acertaron plenamente en el pronóstico. Este artículo recoge diferentes fotos de la nevada en el Casco Viejo a primera hora de la mañana, porque hay que reconocer que con la misma velocidad que llegó, también se marchó, y para el mediodía ya no quedaba mucho rastro de nieve en la ciudad. A la noche había desaparecido hasta de los montes que rodean la ciudad.
Pero mejor que yo, hablan las fotos. Espero que os gusten
El Arenal nevadoArtekale con nieve en los balcones y las farolasObservar la nieve en Bilbao es muy poco frecuente. En la fotografía se puede observar la nieve acumulada sobre la hornacina de La Magdalena, así como en las jardineras y farolas de la calle Belostikale en pleno centro del Casco ViejoLa nieve en las farolas de Bidebarrieta y perfilando la torre de La Catedral de BilbaoEl Claustro de la Catedral de Santiago a tope de nieveClaustro de la Catedral de Bilbao nevado. Al ser una zona sin tránsito, la nieve se conservó intacta durante más tiempo, de forma que nos permitió admirar mejor la magnitud de la nevada que cayó en dos o tres horas sobre Bilbao y fotografiarla.El Muelle de Marzana con la nieve en los árbolesMobiliario urbano en el Mercado de La Ribera cubierto de nieveLa Plaza de La Ribera de Bilbao con la nieve cubriendo las escaleras mecánicasSan Anton, emblema de Bilbao, cubierto de nieveLa Plazuela de Santiago con la nieve recién caída en BilbaoEl tranvía a su paso por La Ribera rodando sobre la nieve
Te quiero proponer un viaje al corazón del Casco Viejo de Bilbao. Un paseo de un día por las Siete Calles, saboreando lo más auténtico de su esencia.
El mejor día de la semana
En primer lugar, y dependiendo de nuestros intereses, es fundamental escoger bien el día de la semana en el que vamos a realizar nuestra visita, ya que la actividad de Las Siete Calles puede variar mucho de un día a otro en función de los horarios semanales de apertura de los diferentes sectores que aglutina. En este sentido, yo no aconsejaría la visita en lunes, ya que no hay descarga de pescado y las pescaderías de La Plaza están cerradas, por lo que te perderías uno de los grandes atractivos del Mercado de La Ribera y por ende del barrio. Tampoco recomendaría la visita en domingo o festivo, ya que, además de La Plaza, también el comercio permanece cerrado en estos días. El sábado por la mañana podría ser un buen momento para acudir, si no fuera porque a la tarde hay mucho comercio cerrado, y es que, aunque se produce una gran afluencia de público, entre ellos suele predominar la chavalería que baja de marcha y hay poca actividad comercial. Y llegados a este punto, parece evidente que los mejores días para conocer a fondo la vida cotidianade Las Siete Calles son los que van de martes a viernes, ambos inclusive.
Labeko – Carnicería Vieja, 2
Desayuno en Las Siete Calles
Y después de este largo preámbulo, comencemos la visita. Nada mejor para empezar la jornada que proveerse de un buen desayuno. Los que frecuentamos estas calles, estamos ya acostumbrados a la típica pregunta del turista: ¿Y vosotros dónde…? Pues bien, creo que, en este sentido, habría que recomendar algún bar, cafetería, pastelería o similar de cualquiera de las tres calles centrales de estas siete. Me refiero a las calles deTendería, Belostikale y Carnicería Vieja, así como a los establecimientos que, situados bajo los Arcos de La Ribera, sirven de nexo de unión entre ellas. En mi opinión, veo difícil equivocarse siguiendo este consejo, ya que la mayoría de estos locales de hostelería viven del consumo diario de los trabajadores de la zona. Ya sabes, como cuando yendo de viaje se decía: «Para aquí que hay mucho camionero». Además, la gran mayoría abren muy temprano, lo que nos puede facilitar un tiempo precioso para alargar la visita. Ya queda a la elección del cliente si prefiere un desayuno dulce o salado, un buen pincho o bollería, si es fundamental la calidad del café o no, etc… Lo mejor es echar un vistazo por la zona y decidir ¡Seguro que aciertas!
Mercado de La Ribera
Visita al Mercado de La Ribera
Con las pilas bien cargadas, ya podemos reemprender nuestro recorrido. La primera parada obligada está en «La Plaza» o Mercado de La Ribera. Es recomendable la visita de mañana, ya que por la tardes disminuye mucho su actividad. Y es que, aunque a día de hoy, tras la remodelación que hizo el Ayuntamiento, está bastante disminuida, todavía es posible pasear por sus diferentes puestos y disfrutar de la gran variedad de productos frescos que en ella se ofrecen. Todo ello en un marco arquitectónico incomparable al pie de la ría de Bilbao.. Es un edificio con una luminosidad impresionante que le proporcionan sus amplias cristaleras, así como las vidrieras que lo adornan. De siempre han tenido mucha fama sus pescaderías, que llegaron a ocupar toda una planta del mercado, así como las verduras y hortalizas de los puestos de aldeanas, sin olvidarnos de la amplia variedad de carnicerías, pollerías, charcuterías, etc…que allí tienen asiento. En su momento, fue el mayor mercado de abastos cubierto de Europa y ya se sabe, el que tuvo, retuvo…
Iglesia y puente de San Antón
Visita a San Antón y su entorno
Terminada la visita al Mercado, resulta ineludible la parada en San Antón, la iglesia más emblemática de Bilbao, la que aparece en el escudo de la villa. En la actualidad, está programada la visita turística que se podrá realizar de lunes a sábado en horario de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00 horas, salvo error u omisión por nuestra parte. La visita está asistida por audioguías que, en cinco idiomas diferentes, explican lo fundamental del templo, tanto interior como exteriormente y se pueden adquirir allí mismo o en La Catedral de Santiago. También resulta reseñable el entorno de la iglesia, con la Plaza de Los Santos Juanes y su vetusto instituto que da paso al barrio de Atxuri, donde podemos admirar La Iglesia de La Encarnación, perteneciente al convento de Dominicos que allí existe, el Museo de Arte Sacro, las escuelas de García Rivero o la Estación de Atxuri, singular edificio bilbaino, de principios del sigo XX, y de estilo regionalista neovasco, que, de momento y hasta que se anule, es la estación que comunica nuestra villa con Donosti a través de ferrocarril. Aunque todo esto queda fuera de nuestro itinerario, si el tiempo disponible nos lo permite, creo que puede resultar un paseo gratificante y que no nos llevará demasiado tiempo. También dentro de su entorno, aunque fuera de nuestro recorrido, es digno de resaltar el Bilbao del otro lado del Puente de San Antón: Muelle de Marzana, Bilbao la Vieja, San Francisco, etc…Barrios que guardan la herencia del más antiguo Bilbao minero.
Edificio de La Bolsa en la confluencia de Barrankale Barrena con La Torre
Es hora de comer
De vuelta a las Siete Calles, puede ser un buen momento para tomar el aperitivo e ir buscando un buen sitio para comer. Por la mañana, mientras localizabas el mejor lugar para desayunar, seguro que ya has tenido oportunidad de fijarte en algún escaparate que te ha llamado especialmente la atención, ahora es otro buen momento para continuar con la inspección. Te encontrarás tiendas únicas, no solo singulares en Bilbao, sino también en otras muchas ciudades. Ten en cuenta que en esta zona apenas existen comercios franquiciados.
Abandonamos pues La Ribera y, por alguna de las calles que desembocan en sus arcos, retornamos de nuevo al interior del barrio. Te recomiendo el regreso por alguna de las que no hayas visitado por la mañana y que lo hagas con calma para no perder detalle. Artekale puede ser una buena alternativa. Una vez dentro del meollo central del Casco Viejo (La Catedral o El Portal de Zamudio pueden ser una buena referencia), dirige tus pasos hacia el conocido como «Edificio de La Bolsa» o «Palacio John», bonito palacio barroco, hoy Centro Cívico, que bien merece, aunque solo sea, una breve visita. En los alrededores de este palacio se concentran numerosos locales de hostelería y puede ser la mejor zona para tomar un aperitivo y explorar la amplia variedad de restaurantes que allí se concentran. Junto a diferentes locales franquiciados, todavía se conservan numerosos restaurantes de toda la vida, sobre todo en las calles de Barrenkale, Barrenkale Barrena y Pelota. Con lo que ya queda a tu gusto la elección del que mejor se adapte a tus preferencias.
La Catedral de Bilbao
Con la tripa bien satisfecha, ya podemos reanudar nuestro recorrido. Puede ser un buen momento para hacer una visita a La Catedral de Santiago. Lo bueno de las Siete Calles es que todo está muy cerquita entre si. No existen problemas de horario, ya que La Catedral permanece abierta, en horario ininterrumpido, de 10:00 a 20:00 horas, alargándose el horario hasta las 21:00 durante los meses de julio y agosto. Al igual que San Antón, dispone, para su mejor comprensión, de audioguías en varios idiomas. De todas formas, para obtener una información más actualizada, detallada y segura de los dos templos, se puede visitar su página WEB.
Locales adosados a La Catedral
Por los alrededores de Las Siete Calles
Resulta muy interesante, por lo poco frecuente, el conjunto de pequeños establecimientos comerciales que, adosados a la pared de la iglesia, rodean su ábside exteriormente. También interesante es La Plazuela de Santiago, que me parece un rincón entrañable. Te recomiendo dirigir la mirada hacia arriba para contemplar los edificios, de igual manera que en el resto del recorrido. Aunque el barrio ha estado poblado tradicionalmente por miembros de la clase media trabajadora de Bilbao, tiene bastantes edificios del siglo XIX y principios del XX muy interesantes para disfrutar de la arquitectura local, aunque no sea monumental.
Desde La Catedral, podemos dirigir nuestros pasos por Carrera de Santiago y Tendería, para desembocar en el Portal de Zamudio, confín, como su nombre indica, del antiguo recinto amurallado de la villa. Allí mismo, aunque perteneciendo ya a la calle de La Cruz, nos encontramos con la Iglesia de Los Santos Juanes y su edificio anexo, conjunto que fue concebido como Colegio de Jesuitas y que tiene el privilegio de ser la primera construcción monumental extramuros de Bilbao. El antiguo colegio, tras acoger diversos usos a lo largo del tiempo, es hoy la sede del Euskal Mueso o Museo Vasco, de vocación etnográfica. Tiene su entrada por la Plaza de Unamuno, con horario ininterrumpido hasta las 19:00 horas y cierra los martes. Puedes consultar horarios y posibles novedades en su página de información. Tal vez, si andas justo de tiempo, puedes intercambiar esta visita con la de La Catedral, que tiene un horario más amplio.
Calle Somera
Y para terminar una buena cena
Y para terminar la jornada, nada mejor que retomar el paseo por las Siete Calles, sentarse en alguna terraza y culminar la tarde en Somera para tomar unos pinchos, unos vinos, zuritos o lo que se tercie, e ir buscando el mejor sitio para cenar. Somera es una calle con mucho ambiente en estas primeras horas de la noche y seguro que, si no has encontrado ya un establecimiento para tomar el natural refrigerio nocturno, seguro que aquí lo encontrarás. No dejes de recorrer toda la calle. prestando atención a los escaparates de sus tiendas, probablemente, pocas zonas concentrarán una mayor variedad de comercio alternativo.
Y ya solo me queda desear que, con estas propuestas que te he hecho, puedas hacerte una mejor idea de lo que son Las Siete Calles en su vida cotidiana, más allá de las iniciativas turísticas convencionales.
Curiosa portada de la partitura del Himno Bomba de Ledesma con la Iglesia de San Antón de fondo – S.XIX – Bombardeo sobre Bilbao en La Carlistada – Archivo de la B.N.E.
Una puerta misteriosa
Un detalle de la iglesia de San Antón que muy poca gente conoce es el motivo de la existencia de una puerta en el lateral de la Capilla de Santa Lucía. Esta capilla es la más antigua de la iglesia y en su momento perteneció a la familia Leguizamón. Lo extraño de la puerta es que debería comunicar con La Ribera, pero en el exterior no existe ninguna puerta aunque, para un observador atento, si se pueden intuir en la pared trazos de su existencia en otros tiempos. Desde el interior y en la actualidad, aunque la puerta se sigue manteniendo en el mismo lugar, lo cierto es que no conduce a ningún sitio, está cegada. Sin embargo, si la abrimos, todavía se puede ver el inicio de unas escaleras que mueren en la pared al poco de iniciarse. Como es sabido, hasta finales del siglo XIX, el edificio del Consulado y Ayuntamiento de la villa estaba anexo a la iglesia de San Antón, pared con pared. Quizás sea menos conocido que, desde finales del siglo XVII, esta capilla pasó a ser oficialmente del Consulado, por lo que, en estas circunstancias y dada la fuerte aversión que las clases privilegiadas tenían en aquellos tiempos a tratarse con el populacho, la puerta servía de acceso privado a la iglesia para los prebostes del Consulado y Ayuntamiento que, como era habitual entre la nobleza, seguían los oficios religiosos desde su capilla privada. Parece ser que los Leguizamón también dispusieron de algún acceso directo a la capilla desde su casa torre de Somera, pero esta sería otra historia.
La terraza de San Antón
Terraza sobre el atrio de entrada a la Iglesia de San Antón
También en relación con los vestigios que aún perduran de la antigua ubicación del Ayuntamiento de Bilbao, edificio anexo a la Iglesia de San Antón, podemos fijarnos en la terraza que sirve de techo al atrio de la entrada principal de esta emblemática iglesia. Esta construcción no es propia de la iglesia sino del antiguo Ayuntamiento y Consulado de la Villa, la cual hacía las funciones de palco para asistir a los diversos espectáculos que por entonces se celebraban en la conocida popularmente como «Plaza Vieja». Hay que recordar que aquella plaza hacía las funciones de coso taurino cuando la ocasión lo requería y también era el lugar desde donde partían las procesiones de Semana Santa, así como el sitio donde tenían lugar muchos otros acontecimientos populares. Pues bien, lo curioso de la terraza es que resulta inaccesible desde el interior de la iglesia. Dispone de puerta, pero para acceder a ella es necesario hacer un proceloso itinerario, sin acondicionar, por las zonas más altas del edificio y saltar sobre uno de los tejados del templo, pues es allí donde se encuentra la puerta de acceso al balcón.
El osario de la Iglesia de San Antón
Osario en la Iglesia de San Antón
Como ya es conocido, hasta finales del siglo XVIII o principios del XIX, dependiendo de la voluntad de cada municipio, los enterramientos de difuntos se realizaban en el interior de las iglesias. Bilbao será uno de los primeros municipios vizcainos en hacer inhumaciones «extra sacra» y ya en los primeros años del XIX se están utilizando los terrenos del antiguo Convento de San Francisco como cementerio, si bien será el Cementerio de Mallona el que quedará como definitivo de la villa hasta la construcción del actual de Vista Alegre en Derio.
Pues bien, durante las excavaciones arqueológicas que se realizaron en la Iglesia de San Antón con motivo de las obras de acondicionamiento que en ella se llevaron a cabo durante los años 90 del pasado siglo, aparecieron numerosos restos humanos bajo el suelo del templo, restos acumulados durante siglos, como uno se puede imaginar. Estos restos se siguen guardando en el interior de la iglesia, aunque para ellos se buscó una ubicación más acorde con los tiempos y se conservan en el habitáculo que queda bajo la escalera de acceso al coro, vigilados por las imágenes de San Cosme y San Damián, que para algo son los patronos de los médicos.
El órgano de San Antón
Órgano de la Iglesia de San Antón
Este es un detalle que nos suele pasar inadvertido en gran parte de las iglesias que visitamos y, sin embargo, en muchas ocasiones, como en ésta, los órganos que se albergan en ellas se pueden considerar verdaderas joyas de la música instrumental.
La iglesia de San Antón cuenta con el que tal vez sea el más grande órgano romántico francés de la Villa. construido por Charles Mutin en 1901, digno sucesor de Aristide Cavaillé-Coll al frente de su famoso taller de organería, se trata de un instrumento de una gran calidad, construido según la tradición romántica sinfónica francesa. Por sus teclados han pasado músicos ilustres como Arturo Intxausti, compositor junto a D. Claudio Gallastegi del popular himno a la Virgen de Begoña, «Begoñako Andra Mari».
En la actualidad, el instrumento es tañido por Iñigo de Peque y puede escucharse los sábados por la tarde y los domingos por la mañana en las eucaristías, así como en los eventuales ensayos y, por supuesto, en los conciertos que ocasionalmente se ofrecen en él.