Los lugares con historia tienen el privilegio de ser los protagonistas de innumerables recuerdos. Las tiendas antiguas ocupaban un lugar en la memoria de todos los que allí habían vivido momentos especiales y su huella permanecía imborrable en las personas. Pero no son los lugares, en si mismos, los que nos provocan añoranza, son las vivencias que en ellos hemos tenido las que nos impactaron de por vida. Por este motivo nos acordamos de algunas tiendas antiguas, porque dejaron en nosotros historias vividas, historias de personas, todas ellas diferentes, pero que escribieron con nosotros nuestra propia historia. Sin embargo, en algunas ocasiones, esa memoria se va con las personas y resulta casi imposible recuperarla y este es el motivo de este artículo, recuperar el recuerdo de unos comercios hoy desaparecidos pero que habitaron entre nosotros en otro tiempo.
Farmacia Turrillas en la actualidad
Breve historia
En la esquina de la calle Tendería con el Cantón de Sota, en el espacio actualmente ocupado por la Farmacia Turrillas, hubo en otros tiempos hasta tres comercios de forma simultánea. En los años 80 del pasado siglo, antes de la expansión de la farmacia con el cambio de titularidad y la unificación de los tres locales en uno solo, la botica únicamente ocupaba la parte central de la actual lonja, justo en el espacio delimitado por las columnas bajo la cruz que hoy anuncia la farmacia. A su derecha, izquierda de la foto, en el escaparate más pequeño, se ubicaba una joyería de cuyo nombre no nos acordamos (agradeceríamos cualquier información al respecto) y en la esquina con el cantón, la tienda de pelucas Celaya, comercio que todavía existe, aunque hoy ubicado en Carnicería Vieja.
Sin embargo, anteriormente, allá por los años 20 del pasado siglo, aunque en la foto se intuye un «Desde 1913», en esta esquina de Tendería se ubicó la que, con el tiempo, sería una de las más reconocidas marcas comerciales de Bilbao. Me refiero a «Derby«, aunque desconozco la relación con la actual camisería «Derby Gardeazabal». Según parece, en aquellos tiempos, el comercio era una zapatería de señoras y, con la que está cayendo, resulta gratificante observar la importancia fundamental que, en la publicidad, tenía entonces la calidad del producto sobre otros aspectos menos relevantes en la época para el mercado.
Tarjeta promocional de la Zapatería de señoras DerbyReverso de la tarjeta promocional de la Zapatería de señoras Derby
Publicidad de otros tiempos
Copio el entrañable mensaje publicitario de la tarjeta promocional que era canjeable para obtener el increíble descuento del 5%:
«ZAPATOS DE ESTILO, EN LA EDAD DE LOS ESTILOS
Todas las señoras compran estilo, y todas las Señoras, en cualquier ciudad, piden lo que la moda ha decretado. Los zapatos de la casa «DERBY» han sido designados por estilistas, artistas que saben lo más nuevo en zapatos de moda. Esta casa no escatima nada para hacer que sus creaciones sean lo mejor en patrones y en las mejores pieles, que puedan hacer el zapato elegante y el más correcto que uno puede comprar.
Con sus bonitas lineas y sus elegantes tacones, ellos guardan toda su belleza aun después de haber sido usados largo tiempo.
Estilo y calidad, son los verdaderos precios bajos, esto es lo que es real y, sin embargo, muy difícil de encontrar.
Este ideal, Señora, puede usted verlo realizado visitando esta casa.»
Hablar del Casco Viejo de Bilbao supone hablar del comercio de las Siete Calles. Tradicionalmente, las Siete Calles de Bilbao han tenido una clara vocación comercial. Los propios orígenes de la villa como principal eje de intercambio mercantil de la lana procedente de Castilla, han transmitido a sus más antiguas calles esa impronta comercial que se ha mantenido a lo largo de los siglos.
Artekale – Foto cedida por la Enciclopedia Auñamendi
En este sentido, y teniendo en cuenta que son las excepciones las que confirman la regla, cada calle tiene unas características propias y singulares que nos permiten diferenciarla de las demás. La actividad comercial, si bien se desarrolla con más o menos incidencia en todo el barrio, se centra básicamente en cinco de sus calles: Somera, Artekale, Tendería, Belostikale y Carnicería Vieja, que son, precisamente, las cinco calles que nacen al pie del Mercado de la Ribera, motor y eje de la actividad del centro comercial.
Importancia del Mercado de La Ribera
El Mercado de la Ribera ha tenido una relevancia fundamental en el abastecimiento de productos frescos de alimentación, no solo para los propios bilbainos, sino también para muchos vecinos de los pueblos que le rodean y dan solera y ambiente a toda Bizkaia entera, como dice la bilbainada. En la actualidad, debido a las crecientes dificultades de acceso al recinto, su volumen de actividad ha decrecido y, tras la última reforma, el mercado de abastos ha quedado reducido a la mitad de su aforo, ocupando el resto del recinto diversos locales de hostelería y restauración. Sin embargo, sigue siendo el principal centro de suministro de alimentos frescos de la ciudad y su entorno. Muchos de sus puestos de venta son tradicionales en la villa, tras varias generaciones familiares al frente de su gestión, y ampliamente conocidos por los vecinos de Bilbao. Por otro lado, la disminución de puestos en el propio Mercado se ha visto acompañada, simultáneamente, por un aumento de los negocios de alimentación en lonjas próximas de las Siete Calles y La Ribera, lo cual resulta realmente paradójico.
Entrada principal al Mercado de La Ribera
El Mercado de la Ribera tiene dos accesos fundamentales: Uno que desde Bilbao la Vieja, La Peña y San Francisco llega al mercado cruzando la ría a través de los puentes de San Antón y el de Ladrillo. Y el otro que, desde la Plaza de Unamuno, que tradicionalmente recogía el tráfico procedente del Txoriherri a través de la desaparecida Estación de Lezama y que ahora recoge el procedente de todo el Gran Bilbao desde la estación de Metro que en ella se ubica, y a través de la calle La Cruz y Portal de Zamudio, accede a La Ribera atravesando las Siete Calles, siguiendo fundamentalmente el camino más directo de Artekale y Tendería, lo que hace que estas dos calles sean, de las siete, las más comerciales. Más minoritario es el acceso desde El Arenal a través de las calles Correo y Bidebarrieta y que por la Plazuela de Santiago va hacia La Ribera por Carnicería Vieja o Belostikale.
Como se ha podido ver, la entrada al Casco Viejo por la Plaza de Unamuno es una de las vías más transitadas de acceso a las Siete Calles y está estrechamente relacionada con la visita al Mercado de la Ribera, lo que provoca que la actividad mercantil de las Siete Calles y la del mercado de abastos estén íntimamente vinculadas. Los dos ámbitos comerciales se han complementado históricamente a la perfección y podemos considerar que esta relación ha tenido no poco que ver con la evolución de los nuevos usos dados en la actualidad a los locales comerciales.
Portal de Zamudio. De aquí parten las tres calles más antiguas de Bilbao.
En otro orden de cosas, la particular idiosincrasia de la construcción inmobiliaria en estas calles hace que los locales comerciales no sean de grandes dimensiones, sino más bien de tamaño medio o pequeño, por lo que el comercio que en ellas se ha ubicado ha sido tradicionalmente familiar. Los grandes almacenes mayoristas que, en algún tiempo, proliferaron en la zona, fueron ampliando su superficie a costa de los pisos originalmente destinados a vivienda., aunque en la actualidad esta sea una práctica casi inexistente.
Estos dos factores han confluido para que, sin temor a equivocarnos, podamos considerar el comercio de las Siete Calles, por volumen y concentración, como el más genuinamente bilbaino. Un gran centro comercial de bilbainos y para bilbainos, y en el que brillan por su ausencia franquicias y grandes superficies, aunque, como ya se sabe, son las excepciones las que confirman la regla.
El comercio de las Siete Calles
Aunque en Artekale y Tenderia han predominado, tradicionalmente, las tiendas de consumo más generalizado: tiendas de moda para señora y caballero,, zapaterías, lencerías, ropa de hogar, mercerías, droguerías, etc… en la actualidad, como ya hemos esbozado anteriormente, la realidad es bien diferente y en estas calles se ha experimentado una profunda renovación. Junto a negocios de toda la vida, nuevos emprendedores han abierto sus tiendas ofreciendo artículos de una gran diversidad de sectores, y es que, aunque se ha producido un incremento considerable de los locales dedicados a alimentación y artesanía, al mismo tiempo se ha generado una oferta comercial mucho más diversificada que la anterior.
La calle Somera, una de las zonas de mayor tradición chiquitera, se puede dividir actualmente en dos zonas diferenciadas. Una que va desde el Portal de Zamudio hasta el cantón de Sota y en la que predominan los locales de hostelería, básicamente bares, que alternan su espacio con diversas tiendas de estilos innovadores entre las que caben destacar las dedicadas a marroquinería, ya que pudieran mantener cierta relación de continuidad con la famosa y ya desaparecida tienda de «Curtidos Calle». En la segunda zona, del cantón de Sota hasta la Ribera, destacan algunos negocios clásicos, de larga tradición histórica en el Casco Viejo, los cuales se alternan con otros de más reciente creación.
Belostikale desde La Ribera – Palacio Arana
Belostikale y Carnicería Vieja son, de las siete, las calles más cortas, ya que quedan limitadas por La Catedral y su plazuela respectivamente. En ellas han predominado, tradicionalmente, los negocios de más alta especialización, comercios dedicados a un consumo menos generalista. No obstante, en la actualidad, ambas calles han seguido caminos muy distintos, y así, mientras en Belostikale se mantiene, proporcionalmente, el mayor número de comercios tradicionales, algunos de ellos únicos en la villa, Carnicería Vieja ha sufrido una profunda transformación en los últimos años, albergando en la actualidad una gran mayoría de comercios innovadores de reciente apertura.
Como ya hemos indicado anteriormente, Barrenkale y Barrenkale Barrena siempre han tenido una mayor vocación hostelera, habiéndose mantenido en sus locales la larga tradición chiquitera que han tenido desde antaño. No obstante, también se ubican en ellas algunos comercios muy apreciados por los vecinos del barrio.
Otras calles aledañas
En este recorrido por el comercio de Las Siete Calles no podemos olvidar a las calles Ronda y Pelota, donde también se constata la actividad comercial y hostelera, y aunque no pertenezcan estrictamente a Las Siete Calles comparten con ellas una profunda relación de afinidad.
En definitiva, el comercio de las Siete Calles ha sufrido una profunda transformación en las últimas décadas y, a día de hoy, podemos encontrar una amplísima variedad de establecimientos: desde aquellos de toda la vida, que mantienen en la actualidad, y cada día con más pujanza, su actividad comercial en sectores casi desaparecidos en otras zonas y ciudades, a los más nuevos e innovadores, que también, en muchos casos, son únicos y bien diferenciados. Si te gusta el pequeño comercio local, distinto y alternativo, las Siete Calles son el lugar ideal para pasear viendo escaparates, tomarte un aperitivo o merendar mientras disfrutas de su incomparable ambiente. Te esperamos.
Plano de Bilbao, año 1442 Reconstrucción de J. Muñoz Arte y urbanismo en el Casco Viejo de Bilbao – Javier del Vigo
Las Siete Callesde Bilbao son el núcleo originario de la villa. No nos importa que en el momento de la fundación de la «Muy Noble, Muy Leal e Invicta Villa» por Don Diego López de Haro, allá por el año 1300, fueran tan solo tres las calles. No tardó mucho en completarse todo el recinto amurallado con nuevas casas y viviendas que completaron lo que hoy conocemos como tal. Así, para el último cuarto del S. XIV, ya comenzaba a esbozarse la cuarta calle, y mediado el XV ya se conocían las 7 calles con su trazado actual.
Y este es, precisamente, uno de los grandes atractivos que nos ofrece el paseo por las siete calles de Bilbao, sabiendo que son las mismas por las que transitaron los bilbainos de hace más de siete siglos sin haber sufrido apenas transformaciones sustanciales.
Así, en la actualidad podemos ver intacto el trazado urbano de este primitivo Bilbao y su configuración típicamente medieval. Calles rectilíneas y paralelas que conservan su anchura original de alrededor de seis metros. Los solares para edificios siguen siendo estrechos y alargados, cortados por cantones que comunican las calles entre si, como entonces. Las manzanas de casas, así determinadas, se estructuran de forma tal que se dividen en dos bloques independientes, dando cada uno a una de las calles, en virtud de una estrecha cárcava que los separa longitudinalmente, de forma que cada edificio pertenece a la calle donde presenta su fachada.
Las Siete Calles de Bilbao
Como ya hemos dicho, en un principio fueron tres las calles que dieron inicio al actual Bilbao: Somera (Cimera) o Goienkale, la calle de arriba; Artekale, la calle del medio, también conocida en algún tiempo como «de los francos» (sobra explicar los motivos); y Tendería o Dendarikale, la última, también nombrada como «de Santiago» en otros siglos.
A estas tres primitivas calles pronto se unieron otras cuatro, que copiaron escrupulosamente el trazado urbano de las primeras y que paso a nombrar: la calle de las Pescaderías, hoy conocida como Belostikale (Belaoxtekale propone Javier del Vigo), tiene un nombre de origen incierto, aunque a mí algún experto me apuntó la posibilidad de que fuera «Calle de las Huertas de Atrás» (observando algún plano de la época, la etimología no carece de sentido, aunque ignoro su validez filológica); la siguiente sería Carnicería Vieja, nombre que procede del antiguo matadero que allí se ubicaba; Barrenkale, o calle de El Palacio, en castellano la «calle de dentro»; y Barrenkale Barrena, o de abajo.
Ha sido tradicional y bastante habitual entre bilbainos hablar de las Siete Calles para referirse a toda la Parte Vieja de Bilbao (aunque desde la creación de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo de Bilbao, allá por los últimos años 60 del S. XX , se ha ido diferenciando, poco a poco, lo que es el Casco Viejo de lo que son propiamente sus Siete Calles). Y es que, si bien existen otras calles de similares características a estas siete primeras dentro del Casco Viejo, también se engloban en él otras cada vez más diferenciadas. Pero éste es un tema para otro artículo específico.
Así que ya sabes, cuando bajes por el Casco Viejo, adéntrate por sus Siete Calles y disfruta de su singular esquema medieval. No son muchas las ciudades europeas que conservan íntegras sus primeras calles. Disfrútalas con calma y fijándote en los detalles.
Arcos de La Ribera, el inicio de las Siete Calles de Bilbao
Qué ver en las Siete Calles de Bilbao
Las Siete Calles de Bilbao comienzan en La Ribera, que, como su nombre indica, es un agradable paseo que transcurre al borde de la ría de Bilbao. Un buen lugar para comenzar nuestra visita. Además de que resulta muy gratificante pasear al cobijo de sus arcos, que nos protegen del agua cuando llueve y nos dan sombra si hace sol, si echamos la mirada a lo alto, podemos observar las originales pinturas al fresco que decoran sus techos desde hace algunos años por iniciativa del Ayuntamiento. Los Arcos de La Ribera van desde Somera hasta Carnicería Vieja, por lo que, paseando por ellos, podemos ver el inicio de cinco de las Siete Calles y, andando solo un poco más, las dos restantes. Así mismo, nos podemos fijar también en el famoso Mercado de La Ribera, el más grande mercado de abastos de Europa.
Piérdete por sus calles, no tienen pérdida, o bien sales a la ría, o bien a las proximidades de La Catedral, y siguiendo en la misma dirección, también de vuelta a la ría. Disfruta de su frescor en verano. Normalmente, estas calles se mantienen varios grados por debajo de la temperatura predominante en el resto de la ciudad debido, precisamente, al diseño angosto de sus calles. En algún tiempo, incluso era posible andar por ellas sin mojarse cuando llovía debido a la amplitud de los aleros de sus casas, aunque tuvieron que prohibirse por el alto riesgo que entrañaban al favorecer la propagación de incendios. También podrás disfrutar mirando los escaparates del comercio local que aquí se aloja, prácticamente ajenos a franquicias y grandes superficies comerciales y, cómo no, paladear los pinchos y dulces más típicamente bilbainos que nos ofrecen hosteleros y pasteleros locales.
Atraviesa por los cantones y observa su diseño con doble vertiente de aguas a sendas calles. Fíjate en las puertas que hay en lo alto de cada tramo del cantón. Son las puertas de acceso a las cárcavas y desde donde, en época estival, se vertían las aguas para limpiar y refrescar las calles. Los cantones, según nos informa Manuel Basas, carecieron de nombre hasta 1976 y después de largas peripecias hemos alcanzado la actual nomenclatura. Hoy se conocen, uno como cantón de Julián Echevarría «Camarón» y de Alejandro de la Sota el otro.
Visita Somera y fíjate en que es la única de las siete que tiene un tramo en curva. Ello se debe a la vuelta que daba la muralla, sobre la que se apoyaban los edificios en este tramo, para poder cerrar el cerco defensivo. Al terminar la curva de la calle nos encontramos con el Portal de Zamudio, la única puerta de la ciudad hacia el norte, hoy desaparecida.
Date un paseo por las Iglesias de las Siete Calles de Bilbao que, aunque han sufrido bastantes modificaciones desde aquellos tiempos iniciales de la villa, siempre aportan, no sé por qué, un incuestionable aire medieval. San Antón, emblema de la villa, es fruto de la reconversión del viejo alcázar que vigilaba el puente del mismo nombre que daba acceso a la villa en aquellos tiempos del medievo. La Catedral, por su parte, es la Iglesia más antigua de Bilbao, con orígenes anteriores a la fundación de la villa. También los Santos Juanes, inicialmente colegio de jesuitas y primer edificio monumental que se construyó en Bilbao extramuros de la villa. La cuarta parroquia, San Nicolás, aunque se encuentra un poco más alejada de las Siete Calles, en El Arenal, presenta una magnífica colección de escultura.
Espero que te haya gustado este breve paseo por las Siete Calles y que te animes a participar con nosotros en este nuevo proyecto que hoy comenzamos. Se agradecen todos los comentarios, correcciones y debates que puedan surgir.