Cómo conocer Las Siete Calles de Bilbao en un día

Te quiero proponer un viaje al corazón del Casco Viejo de Bilbao. Un paseo de un día por las Siete Calles, saboreando lo más auténtico de su esencia.

El mejor día de la semana

En primer lugar, y dependiendo de nuestros intereses, es fundamental escoger bien el día de la semana en el que vamos a realizar nuestra visita, ya que la actividad de Las Siete Calles puede variar mucho de un día a otro en función de los horarios semanales de apertura de los diferentes sectores que aglutina. En este sentido, yo no aconsejaría la visita en lunes, ya que no hay descarga de pescado y las pescaderías de La Plaza están cerradas, por lo que te perderías uno de los grandes atractivos del Mercado de La Ribera y por ende del barrio. Tampoco recomendaría la visita en domingo o festivo, ya que, además de La Plaza, también el comercio permanece cerrado en estos días. El sábado por la mañana podría ser un buen momento para acudir, si no fuera porque a la tarde hay mucho comercio cerrado, y es que, aunque se produce una gran afluencia de público, entre ellos suele predominar la chavalería que baja de marcha y hay poca actividad comercial. Y llegados a este punto, parece evidente que los mejores días para conocer a fondo la vida cotidiana de Las Siete Calles son los que van de martes a viernes, ambos inclusive.

Desayuno en las Siete Calles
Labeko – Carnicería Vieja, 2

Desayuno en Las Siete Calles

Y después de este largo preámbulo, comencemos la visita. Nada mejor para empezar la jornada que proveerse de un buen desayuno. Los que frecuentamos estas calles, estamos ya acostumbrados a la típica pregunta del turista: ¿Y vosotros dónde…? Pues bien, creo que, en este sentido, habría que recomendar algún bar, cafetería, pastelería o similar de cualquiera de las tres calles centrales de estas siete. Me refiero a las calles deTendería, Belostikale y Carnicería Vieja, así como a los establecimientos que, situados bajo los Arcos de La Ribera, sirven de nexo de unión entre ellas. En mi opinión, veo difícil equivocarse siguiendo este consejo, ya que la mayoría de estos locales de hostelería viven del consumo diario de los trabajadores de la zona. Ya sabes, como cuando yendo de viaje se decía: «Para aquí que hay mucho camionero». Además, la gran mayoría abren muy temprano, lo que nos puede facilitar un tiempo precioso para alargar la visita. Ya queda a la elección del cliente si prefiere un desayuno dulce o salado, un buen pincho o bollería, si es fundamental la calidad del café o no, etc… Lo mejor es echar un vistazo por la zona y decidir ¡Seguro que aciertas!

El Mercado de La Ribera, corazón de las Siete Calles
Mercado de La Ribera

Visita al Mercado de La Ribera

Con las pilas bien cargadas, ya podemos reemprender nuestro recorrido. La primera parada obligada está en «La Plaza» o Mercado de La Ribera. Es recomendable la visita de mañana, ya que por la tardes disminuye mucho su actividad. Y es que, aunque a día de hoy, tras la remodelación que hizo el Ayuntamiento, está bastante disminuida, todavía es posible pasear por sus diferentes puestos y disfrutar de la gran variedad de productos frescos que en ella se ofrecen. Todo ello en un marco arquitectónico incomparable al pie de la ría de Bilbao.. Es un edificio con una luminosidad impresionante que le proporcionan sus amplias cristaleras, así como las vidrieras que lo adornan. De siempre han tenido mucha fama sus pescaderías, que llegaron a ocupar toda una planta del mercado, así como las verduras y hortalizas de los puestos de aldeanas, sin olvidarnos  de la amplia variedad de carnicerías, pollerías, charcuterías, etc…que allí tienen asiento. En su momento, fue el mayor mercado de abastos cubierto de Europa y ya se sabe, el que tuvo, retuvo…

Iglesia y puente de San Antón
Iglesia y puente de San Antón

Visita a San Antón y su entorno

Terminada la visita al Mercado, resulta ineludible la parada en San Antón, la iglesia más emblemática de Bilbao, la que aparece en el escudo de la villa. En la actualidad, está programada la visita turística que se podrá realizar de lunes a sábado en horario de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00 horas, salvo error u omisión por nuestra parte. La visita está asistida por audioguías que, en cinco idiomas diferentes, explican lo fundamental del templo, tanto interior como exteriormente y se pueden adquirir allí mismo o en La Catedral de Santiago. También resulta reseñable el entorno de la iglesia, con la Plaza de Los Santos Juanes y su vetusto instituto que da paso al barrio de Atxuri, donde podemos admirar La Iglesia de La Encarnación, perteneciente al convento de Dominicos que allí existe, el Museo de Arte Sacro, las escuelas de García Rivero o la Estación de Atxuri, singular edificio bilbaino, de principios del sigo XX, y de estilo regionalista neovasco, que, de momento y hasta que se anule, es la estación que comunica nuestra villa con Donosti a través de ferrocarril. Aunque todo esto queda fuera de nuestro itinerario, si el tiempo disponible nos lo permite, creo que puede resultar un paseo gratificante y que no nos llevará demasiado tiempo. También dentro de su entorno, aunque fuera de nuestro recorrido, es digno de resaltar el Bilbao del otro lado del Puente de San Antón: Muelle de Marzana, Bilbao la Vieja, San Francisco, etc…Barrios que guardan la herencia del más antiguo Bilbao minero.

Palacio John
Edificio de La Bolsa en la confluencia de Barrankale Barrena con La Torre

Es hora de comer

De vuelta a las Siete Calles, puede ser un buen momento para tomar el aperitivo e ir buscando un buen sitio para comer. Por la mañana, mientras localizabas el mejor lugar para desayunar, seguro que ya has tenido oportunidad de fijarte en algún escaparate que te ha llamado especialmente la atención, ahora es otro buen momento para continuar con la inspección. Te encontrarás tiendas únicas, no solo singulares en Bilbao, sino también en otras muchas ciudades. Ten en cuenta que en esta zona apenas existen comercios franquiciados.
Abandonamos pues La Ribera y, por alguna de las calles que desembocan en sus arcos, retornamos de nuevo al interior del barrio. Te recomiendo el regreso por alguna de las que no hayas visitado por la mañana y que lo hagas con calma para no perder detalle. Artekale puede ser una buena alternativa. Una vez dentro del meollo central del Casco Viejo (La Catedral o El Portal de Zamudio pueden ser una buena referencia), dirige tus pasos hacia el conocido como «Edificio de La Bolsa» o «Palacio John», bonito palacio barroco, hoy Centro Cívico, que bien merece, aunque solo sea, una breve visita. En los alrededores de este palacio se concentran numerosos locales de hostelería y puede ser la mejor zona para tomar un aperitivo y explorar la amplia variedad de restaurantes que allí se concentran. Junto a diferentes locales franquiciados, todavía se conservan numerosos restaurantes de toda la vida, sobre todo en las calles de Barrenkale, Barrenkale Barrena y Pelota. Con lo que ya queda a tu gusto la elección del que mejor se adapte a tus preferencias.

La Catedral de Bilbao

Con la tripa bien satisfecha, ya podemos reanudar nuestro recorrido. Puede ser un buen momento para hacer una visita a La Catedral de Santiago. Lo bueno de las Siete Calles es que todo está muy cerquita entre si. No existen problemas de horario, ya que La Catedral permanece abierta, en horario ininterrumpido, de 10:00 a 20:00 horas, alargándose el horario hasta las 21:00 durante los meses de julio y agosto. Al igual que San Antón, dispone, para su mejor comprensión, de audioguías en varios idiomas. De todas formas, para obtener una información más actualizada, detallada y segura de los dos templos, se puede visitar su página WEB.

Locales adosados a La Catedral
Locales adosados a La Catedral

Por los alrededores de Las Siete Calles

Resulta muy interesante, por lo poco frecuente, el conjunto de pequeños establecimientos comerciales que, adosados a la pared de la iglesia, rodean su ábside exteriormente. También interesante es La Plazuela de Santiago, que me parece un rincón entrañable. Te recomiendo dirigir la mirada hacia arriba para contemplar los edificios, de igual manera que en el resto del recorrido. Aunque el barrio ha estado poblado tradicionalmente por miembros de la clase media trabajadora de Bilbao, tiene bastantes edificios del siglo XIX y principios del XX muy interesantes para disfrutar de la arquitectura local, aunque no sea monumental.

Desde La Catedral, podemos dirigir nuestros pasos por Carrera de Santiago y Tendería, para desembocar en el Portal de Zamudio, confín, como su nombre indica, del antiguo recinto amurallado de la villa. Allí mismo, aunque perteneciendo ya a la calle de La Cruz, nos encontramos con la Iglesia de Los Santos Juanes y su edificio anexo, conjunto que fue concebido como Colegio de Jesuitas y que tiene el privilegio de ser la primera construcción monumental extramuros de Bilbao. El antiguo colegio, tras acoger diversos usos a lo largo del tiempo, es hoy la sede del Euskal Mueso o Museo Vasco, de vocación etnográfica. Tiene su entrada por la Plaza de Unamuno, con horario ininterrumpido hasta las 19:00 horas y cierra los martes. Puedes consultar horarios y posibles novedades en su página de información. Tal vez, si andas justo de tiempo, puedes intercambiar esta visita con la de La Catedral, que tiene un horario más amplio.

Calle Somera en Las Siete Calles
Calle Somera

Y para terminar una buena cena

Y para terminar la jornada, nada mejor que retomar el paseo por las Siete Calles, sentarse en alguna terraza y culminar la tarde en Somera para tomar unos pinchos, unos vinos, zuritos o lo que se tercie, e ir buscando el mejor sitio para cenar. Somera es una calle con mucho ambiente en estas primeras horas de la noche y seguro que, si no has encontrado ya un establecimiento para tomar el natural refrigerio nocturno, seguro que aquí lo encontrarás. No dejes de recorrer toda la calle. prestando atención a los escaparates de sus tiendas, probablemente, pocas zonas concentrarán una mayor variedad de comercio alternativo.

Y ya solo me queda desear que, con estas propuestas que te he hecho,  puedas hacerte una mejor idea de lo que son Las Siete Calles en su vida cotidiana, más allá de las iniciativas turísticas convencionales.